ESLAVA Y LASAGA, RAFAEL
ESLAVA Y LASAGA, Rafael
(Enériz, 24.10.1688 – Bogotá, 24.4.1737). Hermano del virrey Sebastián Eslava* y del jesuita José Eslava. Sirvió en el Regimiento de Guardias de Infantería, desde el grado de alférez al de teniente coronel de los reales ejércitos, entre los años 1705 y 1716. Durante la Guerra de Sucesión empuñó las armas por Felipe V en acciones victoriosas, como las de Cartagena y Lérida, y en las calamitosas como las de Almenara y Torrero. En el asalto de Brihuega (1710) y de Barcelona (1714) quedó gravemente malherido.
Fue Gobernador de Valdivia (Chile) por real decreto de 17 de junio y real cédula de 12 de octubre de 1716 y caballero del hábito de Santiago por otro real despacho de 14 de julio del mismo año. De Valdivia pasó a la ciudad y puerto de Concepción, al tiempo que los pehuenches, alzados de armas, amenazaban aniquilar las guarniciones de Arauco y de Tucapel. Pasó a Lima, cuyo virrey, su paisano José Armendáriz, le nombró, con acuerdo de la real audiencia, justicia mayor y superintendente del establecimiento minero de Sunchuli, famoso un tiempo por sus vetas de oro de 23 quilates, y en el que por causa de un voraz incendio o por haberse inundado la mina (existen ambas versiones), se arruinaron dos prohombres tenidos por acaudalados: el corregidor de Canas y Canches, Miguel de Santisteban y el alcalde mayor de minas, Rafael de Eslava.
A propuesta del Consejo de Indias Felipe V le nombró gobernador y capitán general del Nuevo Reino de Granada por real decreto de 17 de febrero de 1730 y libramiento de título en 6 de julio de 1731. Tomó posesión del cargo en Santa Fe de Bogotá el 14 de mayo de 1733. Pueden señalarse como hechos notables de su gestión gubernativa: la administración pacífica, política (salvo el conflicto de los indios darienes, eternos rebeldes) y financiera, con aumento significativo de las rentas reales; y el fomento de la industria minera en las provincias de Nóvita y de Antioquía, que procuró favorecer con mano de obra guineana (“piezas de Indias”) y con una cierta acomodación del sistema fiduciario. Falleció en Santa Fe y fue sepultado con los honores de su rango en la iglesia de Santo Domingo. Por la integridad de su conducta concedió el rey a la viuda un año y medio de sueldo, del que en vida disfrutaba su marido. Su hijo, José Antonio de Eslava y Cabero, caballero de Alcántara, fue brigadier y capitán de las reales guardias marinas.