ESCRÓFULA
ESCRÓFULA
Lesión de los ganglios linfáticos que predispone a las enfermedades infecciosas que generalmente afectaban al tejido cutáneo del cuello y región submaxilar. Popularmente se conoce bajo las denominaciones angabillak, anagaillak (Labayen), boladak (Larráun), bolagak (Uztárroz), gangarabillak (Baztán), paperak (Salazar), gingilak (Ustárroz) etc. También se le denominaba lamparones*, ganglios, y crecederas. En Goizueta, bajo el término de “txoriak” (por extensión, golondrinos), se englobaban tanto las escrófulas como los quistes sebáceos y los tendinosos.
En su tratamiento han tenido gran aplicación los poderes misteriosos, como los que se atribuyeran a los Reyes de Francia (e incluso de Inglaterra) para sanar a los escrofulosos, que acudían masivamente a ellos, incluso desde Navarra, Aragón y Cataluña, provistos de certificados de los párrocos de sus lugares. Los Reyes solían hacer cruces sobre las escrófulas al tiempo que decían: “Le Roi te touche, Dieu te guérit”.
Muchos son los remedios empírico-creenciales y mágicos empleados para procurar la curación de las escrófulas. El más extendido consistía en que el paciente, estando en ayunas, cogiera nueve granos de sal, con cada uno de los cuales frotaba la escrófula formando cruces al tiempo que recitaba sin respirar: “Gaingillak dira; bederatzi; bederatziak; zortzi; zortziak; zazpi; zazpiak; sei; seiak; bost; bostak; lau; lauak; iru; iruak; bi; biak; bat: gaingillak egin dezala zirt-zart”. Este “zirt-zart” hacían los granos de sal conforme eran lanzados uno a uno al fuego del hogar. La operación había de ser repetida durante nueve días consecutivos. En Ulzama añadían al rito el rezo de un Padrenuestro. En Elvetea (Baztán) sustituían los granos de sal por hojas de laurel y en Larráun practicaban el rito tres veces durante tres viernes, pero en Baráibar (Larráun) se limitaban a hacer la señal de la cruz sobre las escrófulas, que cubrían después con una peseta bendecida y rezaban tres Padrenuestros. También creían en Baráibar que se curaban frotándolas con sangre de cresta de gallo. En Labayen recurrían al rito de los granos de sal, pero decían de un aliento este otro recitado: “Angabillak dire bederatzi; bederatzitik zorzti; zortzitik zazpi; zazpitik sei; seitik bortz; bortzitik lau; lautik iru; irutik bi; bitik bat. Angabillak egin dezatela zapart”. Por último, en Goizueta recurrían a ochenta y un granos de trigo, con los que hacían otras tantas cruces sobre los txoriak al tiempo que recitaban: “Txoriak dira bederatzi; bederatziak; zortzi; zortziak; zazpi; zazpiak; sei; seiak; bost; bostak; lau; lauak; iru; iruak; bi; biak; bat; txoriak ex dira bat, Aitak eta Semeak eta Espíritu Santuak senda dezala bat”. Tras de ello rezaban ochenta y un Credos y tiraban los granos al campo para alimento de los pájaros.