COFRADÍA
COFRADÍA
Asociación corporativa desarrollada en el siglo XII e integrada por personas del mismo rango o actividad para su mutua protección y la defensa de sus intereses comunes. En estas incipientes asociaciones de oficios sin estructura jurídica, económica o laboral, prevalecen los fines religiosos y asistenciales: radican en una iglesia, sostienen algún albergue u hospital y distribuyen limosnas en sus asambleas anuales. Cuando existe una ordenanza laboral, puede hablarse de verdadero gremio.
A menudo los gremios* de la Edad Moderna derivarían de cofradías medievales, y muchas de éstas serían verdaderos organismos gremiales en la medida en que agrupaban a artesanos de un oficio en defensa de sus intereses profesionales regulados mediante estatutos. Los soberanos de la dinastía de Champaña (1234-1274) parece que desconfiaron de estas instituciones. Se sabe que en el reinado de Teobaldo I fueron prohibidas las cofradías de San Pedro y San Bartolomé de Lizarra y la de los hortelanos de Estella; Teobaldo II las autorizó a condición de que limitaran sus actividades al campo estrictamente asistencial. Estas reticencias pueden obedecer a las semejanzas de las cofradías con otros movimientos asociativos, como las juntas o hermandades. En cambio en los dos siglos siguientes los reyes y obispos se interesaron activamente por estas asociaciones sin limitarse a sancionar sus estatutos. Así, el obispo Arnaldo de Barbazán fundó las de Santa Catalina y el Santísimo Sacramento, y Martín de Zalba concedió indulgencias (1384) a cuantos contribuyeran a edificar el hospital de la cofradía de los labradores de San Cernin. Carlos III era cofrade de Santa Catalina de San Cernis y la reina Blanca fundó(1433) una cofradía bajo la advocación de la Virgen del Pilar.
Las cofradías funcionan preferentemente en núcleos urbanos. En Pamplona se documentan durante la Edad Media la de los labradores y San Jorge de los fajeros, ambas en San Cernin, la del Santo Crucifijo de los pelaires de San Nicolás, la de Santo Tomás de los carpinteros, y San Cosme y San Damián de los médicos. Existían además otras sin adscripción a un gremio, como las de San Miguel y San Blas en San Nicolás, Santa Catalina, San Gregorio y Oculi Mei en San Saturnino, Santa Catalina y el Santísimo Sacramento en la catedral, y las Mercedes en los mercedarios. En Tudela funcionaron las de San Pedro (1164), Santo Sepulcro (1170), San Saturnino (1194), San Jorge (1195), San Agustín (1215), Nacimiento de Nuestro Señor y San Bernabé (1219), San Cristóbal (1227), San Gil (1232), Santiago (1242), San Dionisio (1247), San Andrés (1247), San Vicente (1247) , San Lucas (1261), San Blas (1261), Santa Catalina (1262), San Mateo (1262), San Bartolomé (1278), San Esteban (1278), San Nicolás y Santa Catalina, de clérigos (1307), Santa Ana (1314) y Santísimo Sacramento (siglo XIV). Se conoce la vinculación de la Santa Cruz al gremio de ballesteros (1262), la de San Leonardo al de zapateros (1243) y San Nicolás al de pescadores (1312). Para Sangüesa constan las cofradías de Sancti Spiritus o de la Trinidad, integrada por eclesiásticos, y la de Santiago. En Estella existían las de San Pedro y San Bartolomé, ambas en Lizarra, los hortelanos, San Juan y Nuestra Señora de las Torchas; en Olite, a mediados del siglo XIII, las de clérigos, zapateros, carpinteros, peleteros, tejedores, San Felices, Rocamador, San Gil, Santo Tomé y San Miguel.
Bibliografía
M. Núñez de Cepeda Ortega, Los antiguos gremios y cofradías de Navarra, (Pamplona, 1948).