TOPO
TOPO
Mamífero insectívoro con morfología externa fuertemente adaptada a la vida subterránea. Se caracteriza por poseer un cuerpo cilíndrico, cubierto de una piel de color negro que puede adquirir ciertas tonalidades herrumbrosas o plateadas en la garganta y partes inferiores.
Los ojos están muy atrofiados y carecen prácticamente de funcionalidad. No tiene orejas. La alimentación fundamentalmente está compuesta por lombrices y larvas de insectos. Son animales de costumbres subterráneas. Su presencia se puede detectar por las toperas, acúmulos de tierra característicos localizados en la salida de sus túneles.
El celo comienza en invierno y se alarga hasta mayo, en este tiempo las hembras suelen tener normalmente un solo parto constituido por un número de crías variable entre dos y cinco.
Está distribuido en parte de Europa. En Navarra está presente en toda la Comunidad, si bien la mayor pluviosidad y consecuentemente más abundancia de lombrices en la mitad norte hace que los topos sean más abundantes en esta zona.
Es perseguido por agricultores y ganaderos por las molestias que suponen las toperas en el momento de cortar la hierba de los prados. En las huertas causa daños en las raíces al cavar sus galerías entre ellas, pero contrariamente a lo que se piensa en muchos lugares el topo no come las raíces, siendo muchas veces los topillos* los responsables de los daños que se achacan al topo.