SANTA CECILIA, ORQUESTA
SANTA CECILIA, Orquesta
Grupo sinfónico, afincado en Pamplona, llamado así desde su fundación en 1879; la más antigua de las agrupaciones orquestales de España.
En su gestación estuvo el afán de Pablo Sarasate por contar con orquesta en Pamplona. El Reglamento orgánico de la sociedad de conciertos y socorros mutuos “Santa Cecilia” de Pamplona, es de 1883. En el artículo segundo del Reglamento se especifica que “el objeto de esta Sociedad es el de elevar el arte musical a la mayor altura posible, y el filantrópico de socorrerse los asociados mutuamente en sus enfermedades o con ocasión de ellas”. Bien entendido que los “socios” son exclusivamente los instrumentistas de la orquesta.
Inicialmente tenía 70 miembros que el Reglamento detalla puntualmente, tanto en la distribución como en el “partido” de cada músico (por ejemplo, un director de orquesta, con 30 pesetas, dos violines concertinos con 15, seis violines primeros con 8… hasta un bombo con 5, un tambor con 4, un triángulo con 4, un avisador con 7).
El primer director de “Santa Cecilia” fue Joaquín Maya*, director de la Academia de Música de Pamplona; en algunas ausencias suyas, fue llamado Ricardo Villa, director de la Banda Municipal de Madrid, y así comenzó su vinculación con Pamplona, que duró muchos años (hasta 1932, en que dirigió la orquesta del homenaje a Aramendía). En esta primera fase dirigieron “Santa Cecilia” también Larregla, Saco del Valle y Camilo Saint Saëns, amigo de Sarasate.
Intervenía en los conciertos de las Fiestas de julio acompañando a Sarasate, pero también en todo lo oficial o religioso que se celebrase en la Ciudad. A la muerte del músico, (1908), principal lazo coordinador de su existencia, entra la orquesta en una fase poco brillante, en la que casi desaparece. Hay que esperar a 1932 a que la orquesta renazca con nuevos bríos. Aquel año se pensó tributar un homenaje, por parte de sus alumnos, al profesor de la Academia de Música, Felipe Aramendía. Se reunieron todos los instrumentistas de la Ciudad para formar un conjunto que actuó en el homenaje. Dirigió la orquesta Ricardo Villa y a la vista del resultado, aficionados violinistas, como Alfredo Lumbreras, José María Ruiz, Julio Masset y Cristiano Medina, pusieron el máximo empeño en reorganizar “Santa Cecilia”. La dificultad de encontrar director, fue resuelta por la recomendación, del propio Aramendía, a favor de Joaquín Gasca, joven director militar que residía en Logroño. El plantel de la orquesta desde el día de su reorganización, incluía profesores como Lumbreras, del Hoyo, Robustiano Setuáin, César Zaro, Arizcuren. El primer concierto se dio el 2 de febrero de 1933 (Obertura de “La Flauta Mágica”, la Fúnebre del “Ocaso de los Dioses”, “Una Noche en el Monte pelado”, el “Concierto para piano en sol menor” de Mendelssohn, con Santos Laspiur de solista, y la “Quinta Sinfonía” de Beethoven)”. La orquesta daba un concierto mensual para “socios protectores”, a 2,50 pesetas la butaca de sala, y 1,50 pesetas palco.
Al llegar a 1936 se interrumpió la vida regular de la orquesta y al finalizar la guerra civil, como quiera que Gasca quedó retenido en Madrid, se hizo cargo del podio Fermín Muruzábal, pamplonés que pertenecía a la plantilla del Conservatorio de Vitoria. En 1945 fue llamado a dirigir la orquesta, Luis Morondo hasta 1960; al cesar, se inició otro período difícil, resuelto con Bruno Muñoz, oboísta y subdirector de la Orquesta Municipal de Bilbao, que permanece hasta 1962. Ese año, en enero, empuña la batuta Javier Bello Portu, que ha de mantenerla hasta 1983; su labor, incluye el ciclo de las nueve Sinfonías de Beethoven en 1965, y un caudal de nuevas audiciones.
Pero las cosas no fueron bien, y lo que fue floreciente los años cuarenta y cincuenta, con la adhesión de la Ciudad, que asistía a los conciertos que organizaba “Santa Cecilia”, como “sociedad de conciertos” con artistas extranjeros, encontró frialdad al reanudar la orquesta su actividad mensual. En 1969 “Santa Cecilia” decidió autodisolverse y fueron las autoridades, Ayuntamiento de Pamplona, Diputación y Cajas de Ahorros de Navarra y Municipal de Pamplona, las que se encargaron de subvencionarla. Volvió a su actividad, tanto de conciertos mensuales como participando en cuantos actos sobresalientes tenía la Ciudad (festividad de Santa Cecilia, misas de San Saturnino y San Francisco Javier, vísperas de San fermín, responso a Sarasate el día de Todos los Santos en San Nicolás, etc.).
En 1983 cesó Bello Portu y se hizo cargo de la dirección, Miguel Roa. Su primer concierto fue el del día 28 de octubre de 1983. Las autoridades navarras, en 1984, asignaron a la orquesta una subvención de 25 millones anuales. Roa se despidió en enero de 1985. La orquesta cuenta con local de ensayos, y una juvenil inyección de alumnos del Conservatorio en el sector de la cuerda.
Desde “El Caballero de la Rosa” de Gasca a “Muerte y Transfiguración” o “La Valse” de Ravel de Bello Portu, la orquesta ha dado en cincuenta años cualquier trozo sinfónico wagneriano, “Haroldo en Italia”, “Gallia” de Gounod, “La Batalla de los Hunos”, la “Misa en do menor” de Mozart, casi todo Ravel, aparte el repertorio clásico y romántico.