SOCIEDAD CORAL ORFEÓN PAMPLONÉS
SOCIEDAD CORAL ORFEÓN PAMPLONÉS
Tres intentos, en el siglo XIX, terminaron por materializar la fundación del Orfeón, que Conrado García, el gran animador en las horas difíciles de Julián Gayarre, había pretendido antes que nadie fundar.
En 1865 se creó esta masa coral, indudablemente modesta, que contó entre sus directores a Joaquín Maya y Mariano García; hubo de disolverse con la guerra carlista (1872-1876).
El segundo intento es de 1881, se llamó “Ateneo Orfeón Pamplonés” y existió seis años. Aún hubo nuevo propósito, en 1890, de la mano de Fidel Maya, pero también desapareció.
Tuvo que ser en 1891 cuando, a la vista del anuncio del Concurso Internacional de Orfeones de Bilbao, celebrado los días 27 y 28 de agosto de 1892, se reagruparon las voces -cincuenta, todos varones-, bajo la dirección de Remigio Múgica, nombrado director el 27 de marzo de 1891.
La primera salida del Orfeón, al concurso bilbaíno fue triunfal. Conquistó los tres primeros premios, el de lectura a primera vista, el de libre elección y el de obra impuesta.
Este éxito animó de tal modo al director y orfeonista, que en lides y certámenes tan del gusto en la época conquistaron veinticinco primeros premios. Esta fase de concursos, terminó en 1919, y precisamente en Bilbao, el mismo lugar donde comenzó el Orfeón, y del mismo modo, acaparando los primeros premios nuevamente.
En 1906 se amplió el Orfeón, que inauguró las voces blancas para poder abordar todas las grandes obras de la literatura musical. Ese mismo año acudió invitado a las bodas de Alfonso XIII en Madrid y actuó en las funciones religiosas del evento. Intervenía además en los conciertos de San Fermín de comienzos del siglo XX, con Sarasate.
En 1927, primer centenario de la muerte de Beethoven, el Orfeón actuó de nuevo en Madrid, con la Sinfónica de Arbós en la interpretación de la Solemnis y la Novena Sinfonía, el Requiem tedesco de Brahms, fragmentos de Parsifal y Daphnis y Chloe de Ravel.
En 1928 Ravel visitó Pamplona y dirigió personalmente al coro pamplonés sus tres canciones a voces solas, Nicolette, Tres bellos pájaros del paraíso y Ronda.
El repertorio del orfeón se amplió, lejos de su tierra, ayuna de orquesta aquellos años (El Rey David de Honegger). En 1942, se celebraron sus Bodas de Oro; con la Orquesta Municipal de Bilbao y Jesús Arámbarri, interpretaron el Magnificat de Bach y diez números del Messías de Haendel, la Misa Solemne de Beethoven y estreno de la Misa en si menor de J. S. Bach. También con motivo de la efeméride, ofreció en Madrid (diciembre) el Requiem de Mozart, el Messías, la Novena, Castilla de Arámbarri sobre texto de Manuel Machado, y la Misa de Bach.
R. Múgica, con 82 años, solicitó el relevo en enero de 1948, y propuso para sucederle a Martín Lipúzcoa que se mantuvo en el podio hasta 1956.
En septiembre de ese año, le sucedió Juan Eraso, que cesó en 1960. El año anterior, había sido nombrado subdirector Pedro Pírfano, que dirigió el coro de 1960 a 1967. En julio de 1968, fue invitado al primer atril Carmelo Llorente, que lo mantuvo hasta el 26 de abril de 1973.
En 1967 había sido nombrado subdirector José Antonio Huarte Azparren, que se hizo cargo de la dirección del Orfeón el 17 de mayo de 1974.
Han sido durante la existencia del Orfeón subdirectores Luis Morondo, José María Beovide, y Pedro Lasheras.
El repertorio sinfónico-coral abarca en el Orfeón Pamplonés, no solamente el siglo romántico, todo lo citado más El Canto del Destino de Brahms, el Requiem de Verdi o las Sinfonías Segunda y Octava de Mahler; ejemplos del mundo clásico o barroco como La primavera de Haydn, Pasión según San Mateo o alguna Cantata de Bach, y creaciones contemporáneas como la Demoiselle o el Martirio de San Sebastián de Debussy, la Misa Ducal de Cristóbal Halffter, la Cantata de los Derechos Humanos del mismo autor, los Carmina Burana de Orff, o Aparebit repentina dies de Hindemith, la Sinfonía de los Salmos de Strawinsky o el Salmo Hungárico de Kodály, o Terre des hommes de Yanko Nilobic, y las grandes producciones de Remacha, Vísperas y Quam pulchri sunt.
El Orfeón Pamplonés, que mantiene su carácter aficionado, tiene concedida la corbata de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio.