PÉRULA Y DE LA PARRA, JOSÉ
PÉRULA Y DE LA PARRA, José
(Sesma, 1830 – Mondáriz, 1881). General carlista. En 1855 era capitán de caballería en la partida de los Hierros que en Burgos sostenía la bandera de don Carlos, pero fue hecho prisionero y condenado a servir ocho años en Cuba en clase de soldado. Una amnistía le permitió regresar a España en 1858, y al declararse la guerra de Marruecos se alistó voluntario de caballería y terminó de oficial en los Tercios Vascongados. En la sublevación de San Carlos de la Rápita fue nombrado capitán por el conde de Montemolín, y al fracasar vino a Corella de notario.
Durante la Revolución de 1868 se ofreció a Isabel II, con la que marchó al extranjero, pero ya en París se puso a las órdenes de Carlos de Borbón, asistiendo a la asamblea de Vevey y tomando parte en la fracasada expedición de la primavera de 1872. No quiso acogerse al convenio de Amorebieta y volvió a emigrar, hasta que el 21 de diciembre retornó a España a las órdenes del entonces brigadier Ollo*.
A los tres días, con 50 voluntarios, rindió la guarnición de Sesma, su pueblo natal, y a principios de febrero hizo una expedición por Álava y Vizcaya. Antes de finalizar el mes organizó el regimiento de caballería de la división de Navarra. Hizo después otra incursión por las provincias de Logroño, Burgos y Álava, de la que regresó sin perder ni un solo hombre pese a la activa persecución de que fue objeto. Luchó en la acción de Allo, en la toma de Estella y en la línea de Somorrostro, ascendiendo a brigadier en junio de 1874. En Calahorra, hizo cien prisioneros y cogió 300 fusiles, y en el Carrascal ganó la cruz del mérito militar. Obtuvo en Lácar el fajín de mariscal de campo y después le fue concedida una licencia por enfermedad, para ser nombrado a principios de julio de 1875 general en jefe del ejército del norte. Al día siguiente de hacerse cargo de su nuevo destino libró la batalla de Treviño donde fue derrotado. Volvió a ser vencido en agosto por el general Genaro Quesada en Miravalles-Oricáin, lo que le llevó a presentar la dimisión, que le fue aceptada, confiándosele al propio tiempo la comandancia general de Navarra.
El 30 de enero de 1876 rechazó a los liberales en Santa Bárbara de Mañeru, terminando por emigrar a Francia. El general Pérula fue acusado de traición debido a sus extraños movimientos del final de la guerra, pero lo cierto es que después de probar fortuna en La Habana falleció pobre y sin recursos.