PANADIZO
PANADIZO
Inflamación aguda del tejido celular de los dedos, conocida también como elismin, ertul, inguruko, miñe, uñero y zingirio. Se han registrado infinidad de tratamientos, unos de carácter meramente empírico, asociados a la acción beneficiosa del calor y de determinadas plantas, otros empírico-creenciales y algunos claramente asociados a prácticas mágicas. Entre los primeros se contaban la aplicación de excremento humano (San Martín de Unx), de hiel de cerdo templada (Salazar) de ruedas de cebolla escaldadas, fritas o asadas de tocino crudo o cuajo de cordero (Améscoa), la introducción de los dedos en orina caliente (Allo) o en un cazuelo de agua que se ponía a calentar hasta que hervía, sacando y metiendo los dedos varias veces (San Martín de Unx), que en Esparza de Salazar eran siete o nueve.
Los emplastos al uso podían ser de migas de pan, huevo y leche (Améscoa) o de vino, aceite, manteca, linaza, ajo, cebolla y cuajo hasta emplastar duro (Larráun). En Izurdiaga recurrían a la misma pomada que aplicaban a los granos* y en Bozate (Arizcun) a la cera virgen. Remedios de otra índole eran los aplicados en Labayen y Urdiáin, donde exponían los panadizos al humo que se desprendía de una vasija done ardían yerbas bendecidas el día de San Juan, al tiempo que se santiguaban con dos hojas de laurel puestas en forma de cruz; en Lecároz ponían agua en un puchero, la vertían en una vasija mayor, dentro de la cual colocaban boca abajo el puchero, sobre éste un peine, sobre el peine dos ramos de laurel en forma de cruz, encima unas tijeras abiertas en forma de cruz y sobre todo ello el inguruko miñe.
Santiago Juanagorri curaba los panadizos en Betelu aplicándoles en forma de cruz una estopa empapada de aceite frito y de una infusión de yerbas, mientras recitaba: “Zingira min, zingira siñal, zingira nik sendatu; aitaren, semearekin, izpiritu sanduarekin, nik urratu”.