HINCHAZÓN
HINCHAZÓN
Se halla documentado hacia 1551 que Juan Flor, “médico” francés que pretendió en vano el ejercicio legal de la medicina en la Ribera, aplicó a un tal Juan Esparza “una epítome encima del hígado” para sanarle de unas piernas hinchadas y ciertas sarnas. Unos veinte años después, el curandero itinerante Juan Griego de Bohemia* afirmó ante el Protomédico del Reino la bondad de las ranas para curar todo género de hinchazones. Las que padecían los bueyes de Allo se combatían con vino cocido y pelos de gato.