GARGANTA
GARGANTA
En la terapéutica popular navarra los males de garganta se remediaban mediante cataplasmas o fomentos, que podían ser de menudillo caliente (Allo), emplastos de linaza o un calcetín lleno de salvado o ceniza, para aliviar la eztarriye miña, preferían otras veces las aplicaciones de aceite de oliva caliente y manzanilla, tras de lo cual envolvían la garganta con un pañuelo de lana y tomaban miel en ayunas.
El “aguadesanblas” (bendita en la festividad de San Blas, abogado contra los males de garganta) era un recurso generalizado en Navarra. Los casos de anginas eran combatidos con lana sucia o con el calcetín de lana, aplicados bien calientes con un pañuelo anudado (Esparza de Salazar) y también con infusiones de carrasquilla, “que adelgaza la sangre” (Améscoa). (Tos*).