FÓSIL
FÓSIL
Se denomina fósil a cualquier huella o resto dejado por un ser vivo a lo largo de la historia de la Tierra. Un fósil se forma por sustitución de la materia orgánica por materia mineral conservando los caracteres propios del organismo primitivo. La mayoría de los fósiles son los restos de animales con caparazones duros, como los moluscos, erizos, etc, ya que estos elementos duros contienen una gran proporción de materia mineral, lo que permite una mayor conservación, suficiente para que tenga lugar el proceso de fosilización, que por ser muy lento no suelen soportar las partes blandas del animal. La fosilización se produce fundamentalmente en el mar, debido a la rápida sedimentación de nuevos materiales sobre el animal o vegetal muerto, lo que le protege contra su destrucción al quedar enterrado.
Algunos fósiles resultan de gran utilidad para la datación y correlación de los terrenos depositados en una determinada época, a éstos se les llama fósiles característicos o fósiles guía, debido a que sus características evolutivas solamente se han mantenido en esa época, o bien porque posteriormente hayan desaparecido.
Actualmente ha adquirido gran desarrollo el estudio de los microfósiles (Micropaleontología), ya que son mucho más abundantes que los macrofósiles, y entre ellos se encuentran gran cantidad de especies características que permiten la datación de estratos depositados en épocas muy cortas, lo que resulta de gran utilidad en Geología aplicada.
En Navarra se pueden encontrar fósiles en la mayoría de las épocas de su historia, principalmente en las facies marinas, siendo los que se describen a continuación los más característicos de cada Era.
Paleozoico
Sin duda los más representativos de esta Era sean los Braquiópodos, que son animales marinos muy parecidos a los moluscos, de los que se diferencian fundamentalmente por tener las dos valvas asimétricas, de forma que una se encaja en la otra envolviéndola, por lo que no pueden separarse totalmente sin romperse. Los más abundantes son los de la familia de los Spiriféridos, que comprende los Spirifer, que se caracterizan por tener un pliegue dorsal muy marcado.
Son también frecuentes los Graptolites, que son estructuras extrañas que se encuentran en las lajas de la pizarra y resultan muy parecidos a rayas de tiza. Los Carodantes son también fósiles microscópicos característicos de esta época, semejantes a dientecillos en forma de sierra o de peine, que se suponen restos de mandíbulas de gusanos o fragmentos de esqueletos de algunos peces. Los Goniatites son Cefalópodos provistos de una concha arrolada en espiral plana. Son, como los anteriores, exclusivos del Paleozoico, pero de ellos proceden especies que adquirieron gran desarrollo, como los Ammonites.
Mesozoico
Los fósiles más característicos del Mesozoico de Navarra son los Ammonites. Se trata de Cefalópodos fósiles hoy totalmente extinguidos. Tienen la concha arrollada en forma de espiral plana con gran ornamentación radial. Adquieren también gran desarrollo en esta época los Braquiópodos, aunque con algunas diferencias con los existentes en el Paleozoico, lo más notable es la desaparición del surco ventral típico de los spirifer, conservando las demás características indicadas.
Son también abundantes los restos de Moluscos, Equínidos, Ostracodos y Lamelibranquios. En el Cretácico se encuentran algunos bancos de “vudistas” que son animales sedentarios bivalvos, de modo que una de las valvas suele ser cónica o cilíndrica y muy desarrollada y se fija al suelo, mientras la otra funciona como un simple opérculo. Aparecen siempre formando colonias de tipo arrecifal (calizas de Urdax y Zugarramurdi).
La datación de las distintas épocas se ha efectuado en gran parte gracias a la abundancia de microfósiles, entre los que destacan los numerosos foraminíferos, que suelen ser animales microscópicos provistos de caparazones calcáreos divididos en cámaras, como las Lacacinas, Globigerinas, Orbitolinas, etc. Algunos grupos como los Orbitoides llegan a adquirir dimensiones macroscópicas y pueden observarse a simple vista.
Cenozoico
La mayor abundancia de fósiles en esta época se registra en la facies marina, y a que en los sedimentos de tipo continental son muy escasos, reduciéndose a algunas Charáceas, Ostácodos y Gasterópodos. En los materiales de origen marino, sin embargo, son muy abundantes, aunque en su mayor parte sean foraminíferos microscópicos. Los más abundantes de éstos son: Gloligerinas, Globorotalias, Lenticulinas, Discocyclinas, Operculinas y Alveolinas, que se encuentran englobadas en las calizas y margas de las sierras de Leyre, Illón, Alaiz, Urbasa, Andía, etc. Entre los más característicos, por ser muy abundantes y específicos de esta época destacan los Nummulites, que siendo también foraminíferos, suelen alcanzar mayores dimensiones pudiendo ser observados a simple vista.
En las margas de Pamplona se ha encontrado un fósil al que se le dio el nombre de la zona donde se encontró por primera vez, se trata de la “Plicatula Pamplonensis”. Son también característicos de esta época los mamíferos, de los que se han encontrado algunos yacimientos en la zona de Tudela, aunque rara vez se encuentran ejemplares completos, y los más frecuentes son los restos de huesecillos.