Gran Enciclopedia de Navarra

  • Inicio
Página de inicio » Voces relacionadas » EZMEL DE ABLITAS

EZMEL DE ABLITAS

EZMEL DE ABLITAS

(?.-Tudela, 1341). Hacendado y banquero judío de Tudela. Descendía de la familia ben Abbas, establecida en la merindad de la Ribera al menos desde la segunda mitad del siglo XII. De su padre Josef, conocido como el “rico de Ablitas”, heredó una estimable fortuna: viñas, huertos y piezas en diversas localidades de la merindad, así como un saneado negocio de trapería. Muy pronto incrementó los bienes recibidos, lo que le permitió adquirir nuevas propiedades en los términos de Corella y Estella.

Nombrado procurador de la aljama tudelana (1305), junto con Juçe del Gabay y Azach Evendeut, consiguió que los reformadores del reino cifraran en 265 libras de sanchetes la cuantía total de las distintas imposiciones. Personalmente consiguió sustraerse a la jurisdicción de los tasadores de la aljama y liquidar directamente al tesorero del reino sus tributos, estimados en cien libras. Fue arrendatario de los molinos del Ebro y desplegó una intensa actividad en el mercado del dinero.

Como prestamista, contó entre sus clientes a diversos nobles y “ricos hombres” de Aragón y Navarra, y su capacidad bancaria estuvo en determinadas circunstancias al servicio de la monarquía. Prestó, por ejemplo, 1800 libras de sanchetes al obispo Arnaldo de Barbazán para desplazarse a Francia con ocasión del juramento del rey Felipe (II) el Largo (1319), y 2000 libras jaquesas más para liquidar el asunto del dominio temporal sobre Pamplona. Actuó con frecuencia en sociedad con su hermano Judas (Jehudà), ganándose la confianza de los oficiales de la Corona. Siguiendo instrucciones del gobernador, los recaudadores depositaban fondos en sus manos. El número y cuantía de sus préstamos fue en aumento desde 1330. Las cuentas del Fisco de 1338 revelan una deuda de 1800 libras de sanchetes a su favor. Mantuvo, por otra parte, agentes y corresponsales en Jaca y Lérida. En tierras aragonesas operó en compañía de negocios, con sus hijos Junez y Juçe (Josef) y su yerno, llamado también Juçe de Ablitas; el prior de la Orden de San Juan de Jerusalén en Cataluña fue su principal valedor ante los monarcas. Se eximió a los miembros de la compañía de llevar el distintivo de su condición de hebreos para circular por la Corona de Aragón, y ante la eventualidad de un conflicto armado con los reinos de Francia y de Navarra, se le garantizó la devolución de sus créditos. La política de apoyo financiero a la realeza aragonesa se continuó bajo Alfonso IV y Pedro IV el Ceremonioso; con éste último se negoció un préstamo de 60.000 sueldos barceloneses.

La noticia de la muerte del rico hebreo llegó con celeridad a las cortes de Aragón y Navarra, donde urgía conocer sus disposiciones testamentarias. La corte navarra pasó a la ofensiva, alegando una serie de impagos y anomalías contables, según las cuales el difunto resultaba deudor de la tesorería regia. Sus albaceas, Per Yeneguiz de Uxué, fiel colaborador suyo, y Ezmel de Ablitas, su nieto, intentaron poner a salvo el dinero y las joyas del difunto, pero interceptados cerca de la frontera con Aragón, fueron acusados de evasión de moneda, oro y plata. El valor de lo incautado se estimó en unas 100.000 libras de sanchetes, y los infractores fueron condenados al pago de 29.000 libras tornesas chicas, que los herederos hicieron efectivas en dos anualidades (1344 y 1345). Se desconocen los motivos del acuerdo para no hacer público el contenido el testamento hasta transcurrido un plazo de cuatro años. Los monarcas navarros ordenaron el nombramiento de dos procuradores, para liquidar y recibir los bienes raíces y el capital prestado, y negociaron numerosos títulos de deuda. La dote de la infanta María, esposa de Pedro IV de Aragón, fue pagada en gran parte gracias a los créditos de Ezmel. En definitiva, el gran beneficiario de su herencia fue el tesoro regio, que durante algunos años siguió acosando a los herederos, exigiendo cantidades de dudoso fundamento; uno de los últimos compromisos exigidos fue la entrega de 16.000 libras pagaderas a partir de 1346. Sólo en 1351 dio por canceladas todas las responsabilidades de la familia de Ablitas el comisario encargado de la liquidación Juan de Lecumberri.

Ningún prestamista judío ni los cambistas cristianos de Pamplona llegaron a poner tanto dinero en circulación como Ezmel. Su nieto del mismo nombre fue continuador suyo. Desde 1361 los hermanos Ezmel y Salomón figuran como eficaces servidores de la Corona, maestros de las guarniciones del rey, recaudadores o arrendadores del peaje mayor de Tudela; y sirvieron también a personajes y establecimientos eclesiásticos. Salomón fue (1363) administrador del abad de Fescamp, futuro obispo de Amiens, y Ezmel aparece como acreedor del monasterio de Fitero por 150 cahices de trigo, valorados en 112 libras. No obstante el poderío perdido, la familia de Ablitas (Ezmel, Salomón, la viuda del rabino David, y Gento) había enajenado hasta 1381 bienes raíces (viñas, huertos y piezas) por valor de 12.565 sueldos carlines, si bien el apogeo de los ben Abbas había pasado.

Voces relacionadas

    • JUDÍO
    • ORABUENA

Galería imágenes

    Documento en hebreo ()

    Documento en hebreo ()

Documentos gráficos

    No existen documentos gráficos relacionados.

@ Fundación Caja Navarra