ETXALAR, PALOMERAS DE
ETXALAR, palomeras de
Puestos para la caza de palomas, instalados en la muga de Etxalar con la población vasco-francesa de Sara, en el paraje de Yarmendi y collado de Usateguieta, zona de paso de tórtolas y zuritas en su emigración otoñal hacía el sur de la Península Ibérica y Norte de Africa. El periodo de caza comienza el 1 de octubre y finaliza el 20 de noviembre. Pese al uso habitual de escopeta, en Etxalar se mantiene todavía el procedimiento clásico de las redes, documentado desde el siglo XV pero prohibido en el resto del territorio español. Únicamente el interés cinegético y la importante tradición con que cuentan ha permitido su conservación.
Mediante puestos elevados (trepas), situados en los extremos, se intenta dirigir las palomas, con trapos si vuelan alejadas y con palas si van elevadas, hacia las redes; éstas (de 15 x 18 m) se colocan sujetas al suelo por su lado sur y elevadas por el septentrional. Cuando las bandadas descienden y caen en las mallas, las piezas que escapan son abatidas con escopetas. El equipo de palomeros está formado por 13 personas, 8 en las trepas y 5 en la red.
El número de aves aprehendidas ha sufrido, lógicamente, importantes variaciones. En 1866 el diario de caza de J. Arribillaga, jefe de palomeros, registró 3.095 capturas, 1.995 en 1872 y 5.358 en 1894. En los últimos años se ha producido, sin embargo, un fuerte descenso. En 1980 se cazaron 966 piezas, 1.433 en 1983 y 1.365 en 1986. La media de capturas, que en los primeros años del siglo XX se acercaban a los 4.000 ejemplares, apenas alcanzó los 2.000 en la década de 1.970. El periodo de caza más intenso corresponde, habitualmente, con los días 19 a 25 de octubre, en que se realizan el 35% de las capturas, sobre un total de 50 días.