ESPINAL, MIGUEL DE
ESPINAL, Miguel de
Imaginero, vecino de Pamplona, sumamente activo, cuya obra se documenta entre 1553 y 1590 aproximadamente. Existe la duda de que su mujer Catalina de Beauves fuera hermana del escultor Fray Juan de Beauves, apodado el “fraile”, y aunque este extremo no ha podido ser comprobado, la colaboración de ambos artistas parece muy probable en algunas obras. En 1588 figura como veedor del gremio de carpinteros de Pamplona con la denominación de architero.
El conjunto escultórico más importante salido de la mano de Miguel de Espinal se conserva en la parroquia de Ochagavía, ya que el retablo mayor y los colaterales fueron contratados por el mismo en 1574, y tasados cuatro años más tarde por el escultor Juan de Anchieta juntamente con el veedor del obispado Juan de Villarreal y con Andrés de Lasaga. La suma de 4.150 ducados fijada por los tasadores pareció excesiva a los vecinos de Ochagavía, que entablaron un largo pleito contra el artista aduciendo razones, algunas peregrinas, como la petición de que se retiren “veynte y seys figuras deshonestas que son monstruos medio hombres medio bestias y los llaman por nombre termas”, aludiendo a las típicas hermes renacentistas que decoran el banco.
El retablo mayor de Ochagavía es una obra grandiosa que cubre todo el paño de ábside. Consta de banco, cuatro cuerpos distribuidos en tres calles más cuatro entrecalles, y ático de complicado diseño rematado en torrecillas. En su escultura se combinan dos corrientes estilísticas: de un lado, el expresivismo de la fase renacentista que ahora termina y del otro, el romanismo incipiente que se impondrá en las décadas finales del siglo XVI. Dedicado el retablo a San Juan Evangelista, se desarrollan en él escenas de la vida del santo -Predicación y Martirio- de excelente calidad técnica que pueden relacionarse con los relieves muy semejantes del retablo de San Juan de Estella, obra de Fray Juan de Beauves. Por ello se sospecha la participación de este escultor en Ochagavía, a quien también podrían pertenecer los cuatro Doctores de la Iglesia, hermosas figuras bien planteadas y también el bulto del titular sedente de la Virgen con el Niño de la cale central. El programa iconográfico se completa con escenas de la Pasión de Cristo, donde la mano del “fraile” se descubre de nuevo en la Flagelación, en tanto que los otros relieves y las esculturas de los apóstoles, más menudas y berruquetescas, pueden ser debidos a Miguel de Espinal. Un bello escudo decorativo portado por ángeles se sitúa en la calle central, que adopta la forma de tríptico a la altura de los titulares.
Los colaterales de Santiago y Santa Catalina fueron también contratados por Espinal. Su traza es muy original e idéntica en ambos retablos. En cuanto a la escultura, destacan las figuras de los titulares, especialmente Santiago, compuesta en relación con el estilo de Beauves. Otras obras hizo también Miguel de Espinal para la parroquia de Ochagavía, aunque de menor interés artístico como la sillería del coro, el facistol y algunos bancos para la iglesia.
Guarda relación con el retablo de Ochagavía el mayor de Urroz-Villa, obra documentada del imaginero de Pamplona que presenta los característicos “hermes” en el banco y bellísimos relieves de las Adoraciones, además de las figuras de la Virgen con el Niño y la Asunción. Muy semejante a esta obra son los retablos de Badostáin y Burutáin, trabajos documentados del artista al igual que el de Galdúroz y los colaterales de Artica y Mendióroz. Algunas obras más, emplazadas en la cuenca de Pamplona, a juzgar por su estilo pueden adscribirse al taller de Miguel de Espinal, que debió tener una gran actividad.
Bibliografía
M. C. García Gaínza, Miguel de Espinal y los retablos de Ochagavía, Rev. P. de V. (1067), p. 339-35 y La escultura romanista en Navarra, (Pamplona, 1969), p. 74-92.