ESPASMO
ESPASMO
Contracción involuntaria de los músculos producida generalmente por mecanismo reflejo. En San Martín de Unx se denominaban “calambrias” a los padecidos por los niños y se achacaban a lombrices y a debilidad. En Améscoa eran considerados efecto de la brujería, por lo que llevaban a aquéllos a la Virgen de los Conjuros, en Arbeiza.
En los Valles de Elorz y de Unciti los bautizaban en la ermita de San Bartolomé (en Cemborain), abogado contra los espíritus infernales, a fin de que se viesen libres de espasmos nerviosos y de pesadillas*. A San Bartolomé estaban dedicados los siguientes gozos: “San Bartolomé glorioso,/ contra el diablo, fuerte y poderoso:/ San Bartolomé se levantó/ al son que el gallo cantó,/ y con Jesucristo se encontró./ ¿Dónde vas, Bartolomé?/ Yo, Señor, con Vos iré./ Tú conmigo vendrás/ y a la Gloria subirás,/ y allí te daré un don/ que te sirva de blasón;/ en la casa que digan tres veces esta oración,/ no morirá mujer de parto,/ ni criatura de espanto”.