ESLAVA, ANTONIO DE
ESLAVA, Antonio de
(Sangüesa, ca 1570 – ca 1640). Escritor. Entre sus escasos datos biográficos consta que en 1603 era escribano y portero real. Casado con la vecina de Sangüesa Susana Francés, disponía en su casa de una biblioteca en la que organizaba tertulias de amigos con inquietudes humanistas y eruditas. En 1604 publicó una novela de argumento caballeresco, titulada Los amores de Milón de Aglante con Berta y el nacimiento de Roldán, libro que tuvo tres ediciones, la citada de 1604, otra de 1609 y una última en Córdoba en 1626.
Su obra más conocida Noches de invierno se publicó por primera vez en Pamplona, en la imprenta de Carlos de Labayen, en el año 1609 y consiguió gran éxito entre sus lectores, porque ese mismo año se reeditó el libro en Barcelona y al año siguiente en Bruselas, y, además, se tradujo al alemán, al francés y al inglés.
La obra desapareció prácticamente del panorama literario castellano hasta nuestros días, debido a la actuación de la censura que en el Index Expurgatorius de 1667 ordenó expurgar la obra. Y el índice último de los libros prohibidos de 1790 mandó que las ediciones de Pamplona de 1609 y de Bruselas de 1610 se corrigiesen conforme al Expurgatorio de 1747, coincidiendo los censores en señalar un fondo de inmoralidad en los temas tratados, una actitud poco decorosa en los protagonistas y una ausencia de ejemplaridad y buenos consejos. Opiniones que la crítica mantuvo desde Menéndez Pelayo a las obras de los padres jesuítas Otaola y Garmendia y Ladrón de Guevara.
Las Noches de invierno tienen forma de diálogo mantenido entre unos personajes, somera y estereotipadamente caracterizados, que se reúnen en tertulia, en el que quedan enmarcados los relatos, las pequeñas novelas, las aventuras y las curiosidades. Esta forma, muy del gusto de la época, es de origen oriental. El antecedente más inmediato para Eslava era el Decamerón de Boccacio.
La tertulia de las Noches de Invierno está formada por cuatro caballeros ya ancianos -tres de ellos nobles y el tercero comerciante- que deciden amenizar sus veladas invernales contándose historias y conversando sobre ellas. Ya en la dedicatoria -a don Miguel de Navarra y Mauleón, Marqués de Cortes- y en el prólogo de la obra, Eslava señala que su propósito no es otro que el de entretener un rato cada noche al lector y aliviarle. La manera de conseguirlo será halagando “los oídos al lector con algunas preguntas de filosofía natural y moral, insertas en apacibles historias. Participan Leonardo y su esposa Camila, “una mujer muy leída”, Fabricio, Silvio y Albanio, se celebran a lo largo de tres noches y en ellas se relatan las siguientes historias principales: 1.ª “Do se cuenta la pérdida del navío de Albanio”. 2.ª “Do se cuenta cómo fue descubierta la fuente del Desengaño”. 3.ª “Do se cuenta el incendio del galeón de Pompeio Coloría”. 4.ª “Do se cuenta la soberbia del rey Nicíforo e incendio de sus naves, y la arte mágica del rey Dárdano”. 5.ª “Do se cuenta la justicia de Celin Sultán, gran turco, y la venganza de Zayda”. 6.ª “Do se cuenta quién fue el esclavo Bernart y el suceso que tuvo de los amores que tuvo de Angélica la Bella”. 7.ª “De se cuenta los trabajos y cautiverio del rey Clodomiro y la Pastoral de Arcadia”. 8.ª “Do se cuenta los amores de Milón de Anglante con Berta y el nacimiento de Roldán y sus niñerías”. 9.ª “Do defiende Camila el género femenino”. 10.ª “Do se cuenta el nacimiento de Carlo Magno, Rey de Francia y Emperador Romano” y 11.ª “Do se cuenta el nacimiento de la reina Telus de Tartaria”.
Eslava sitúa a sus personajes en Venecia a comienzos del siglo diecisiete, en torno al fuego del hogar, comiendo carne de membrillo y castañas asadas y bebiendo vino de malvasía y a través de ellos, con sus historias y charlas, hace viajar al lector hacia lugares exóticos, lejanos, le muestra palacios mágicos en parajes extraordinarios del Mediterráneo, de Polonia o de Tartaria, le hace visitar islas desiertas y le introduce en un ambiente de aventuras portentosas. Al término de estas historias los narradores harán unas glosas o comentarios con objeto de descubrir al lector las enseñanzas morales, los ejemplos que cada una entrañaba.
Las historia de Eslava contienen un complejo entramado de fuentes y tradiciones clásicas, medievales y renacentistas. En ellas se pueden encontrar rasgos de fábulas mitológicas, leyendas y cuentos del folklore, temas de literatura medieval -romances, Gesta Romanorum, libros de caballerías-, de la literatura renacentista -libros de pastores, historias de cautivos, aventuras bizantinas-, de la literatura italiana -desde la compilación de Andrea de Barberino “I Reali de Francia” hasta Boccacio y Ariosto, y autores franceses como Jean de Arrás.
Eslava modifica todas las historias originales introduciendo variantes no siempre afortunadas, pero no carentes de fantasía o de invención, y demuestra tener conocimientos humanísticos muy amplios con sus continuas referencias a los Santos Padres, a los autores clásicos, y con sus disertaciones de una retórica y de un empleo de la erudición que no hacen sino cargar el relato y hacerlo pesado. Cuando los personajes de Eslava dejan de hablar como curiosos eruditos encerrados en algún palacio veneciano y hablan como los más inmediatos contemporáneos de Eslava, es cuando su obra adquiere mayor frescura y originalidad.
Su obra ha sido tratada con dureza por la crítica desde Menéndez Pelayo, quien afirmó que, a pesar de que sus argumentos son interesantes, el autor de las Noches de invierno es uno de los “más toscos y desaliñados que pueden encontrarse en una época en que casi todo el mundo escribía bien” y en otro lugar afirma que su desaliño, su afán desordenado por contar historias, le lleva a cometer “los más chistosos anacronismos e incongruencias”. Esta zafiedad la reconoce el propio Eslava en la Dedicatoria a su obra, cuando se refiere a las Noches como “estos toscos y mal limados diálogos”; pero pecando de falsa modestia al hablar de su poco caudal cuando, como se ha dicho, el despliegue de erudición de Eslava, proveniente muchas veces de segunda mano, es enorme y llega a hacerse pesado.
Sin embargo, González Palencia señala que la tosquedad de la prosa de Eslava puede tener interés desde el punto de vista lingüístico, pues en el texto de las Noches de invierno pueden encontrarse abundantes muestras del dialecto navarro-aragonés de la época, muy raras en cualquier otro escrito de su tiempo.
Todos los autores que se han ocupado de las Noches de invierno coinciden en señalar la relación existente entre una de las historias y La Tempestad de W Shakespeare, hasta el punto de que alguno habla de “imitación directa”. De hecho la obra de Eslava se publicó en 1609 y la del escritor inglés entre 1611 y 1613, y aunque la versión de Shakespeare es superior, resulta enigmático cómo pudo conocer el libro publicado en Pamplona. Hay quien afirma que Shakespeare viajó por España y que conocía el castellano.
Bibliografía
A. P. Goyena Ensayo de bibliografía navarra, II, (CSIC – Institución Príncipe de Viana, Burgos, 1940); J. Barella, edición crítica de Las Noches de Invierno de Antonio de Eslava (Pamplona, Príncipe de Viana,1986); J. Barella, Las Noches de invierno de Antonio Eslava: entre el folklore y la tradición erudita. (Pamplona, 1985), núm 175 p. 513 a 565; V. A. Oroval, Narrativa y crítica literaria, , 1982, 1039-1049; M. Menendez y Pelayo, Orígenes de la novela, II, p.120-138 (Madrid, 1905 y Santander, Aldus S A [CSIC], 1943); J. Castrillo, Apuntes biográficos. Partidas de nacimiento de algunos hijos ilustres de Santa María la Real de Sangüesa, (1915); L. M. González Palencia, Prólogo a Noches de Invierno, (Madrid, Nuevas Gráficas, Col. Saeta, 1942); J. Zalba, Dos escritores navarros inspiradores de Lope de Vega y de Shakespeare, (1915); L. Astrana Marín, Vida inmortal de William Shakespeare, (Madrid, Ediciones Españolas, 1941); J. M. Corella, Historia de la Literatura Navarra, (Pamplona, Ediciones Pregón, 1973) y E. J. Martínez, Shakespeare en España: traducciones, imitaciones e influencias de Shakespeare en la literatura española, (Madrid, 1918, RABM).