ENDORREISMO
ENDORREISMO
Afluencia de las aguas de un territorio hacia el interior de este, sin desagüe al mar. En la mitad sur de Navarra, y especialmente en la Ribera, se dan una serie de condiciones topográfico-climáticas que favorecen la formación y persistencia de áreas endorreicas caracterizadas por la presencia de pequeños ríos o barrancos, cuyas aguas van a parar a lagunas, balsas o se pierden por evaporación. Su estructura casi horizontal supone, en ciertas zonas, una ausencia de pendientes capaces de dirigir los cauces formados por la concentración de aguas de escorrentía superficial.
La presencia de margas o arcillas impide la infiltración del agua en profundidad, y su estancamiento favorece la formación de balsas o lagunas. A todo ello se le añaden unas especiales condiciones climáticas que, probablemente, sean las que más ayudan a la formación y persistencia del fenómeno. Toda esta zona viene marcada por una gran aridez, especialmente estival, como consecuencia del escaso volumen de precipitación y sus; elevadas temperaturas. La escasa agua que forma el arroyamiento circula a través de cauces poco precisos, de manera que todo el proceso de erosión lineal y remontante queda casi bloqueado y con ello el posible desagüe de estas aguas hacia cursos exorreicos. Si bien las condiciones propias para este endorreismo ya se dieron durante la época Terciaria, parece ser que en algunos casos se trata de un fenómeno reciente, como lo prueba el hecho de que estas depresiones, en las que se sitúan lagunas endorreicas, se hallan frecuentemente en niveles cuaternarios. Pueden considerarse como tales las lagunas de Pitillas, Agua Salada, Lor, La Nava, Pulguer, Estanca, Estanquilla, Rada, etc. y la mayoría de las existentes. En la actualidad muchas de ellas se encuentran modificadas por diques de contención y redes de drenaje que han cambiado sus condiciones originales.