ENCIERRILLO
ENCIERRILLO
En argot taurino diminutivo de encierro, no figura en vocabularios ni en diccionarios, sin embargo, en el léxico navarro su concepto goza de significado; consiste en trasladar los toros, la noche precedente a la corrida, desde el lugar donde descansaban a la proximidad de la población. Como ejemplo de encierrillo cabe citar lo estilado en la capital de Navarra, donde durante los siglos XVI, XVII y XVIII, se ubicaron como sotos preferidos los de Barbatáin, Salinas, Ezquíroz, Mutilva…, con distancia a las murallas pamplonesas demasiado larga para trasladar corriendo al tropel de toros y ganado acompañante, por lo que se imponía caminar al paso durante la noche, para que los bóvidos no reconocieran por donde transitaban y se redujeran al mínimo los estímulos que los distrajeran.
En Pamplona, como en la inmensa mayoría de las ciudades españolas, se impuso con el tiempo el no dejar a los astados en campo libre, sino encerrados en corralizas como penúltima etapa del traslado desde los predios. De esta forma, los toros no podían escaparse y se habilitaban corrales separados para guardar los toros de procedencia distinta, en espera del encierrillo. Con la edificación de estos corrales las distancias de aquel pudieron reducirse cuanto se quiso, sin embargo, la posibilidad de trasladar los toros en cambretas directamente a los cosos, en general, determinó su desaparición en la mayor parte de la geografía hispana. Navarra lo conserva en múltiples localidades. En Pamplona para comodidad del encierrillo, se construyeron corrales en el Soto del Sadar y la noche anterior a la lidia los toros se conducían por caminos prefijados al Baluarte de Rochapea, hasta que en el año 1898 se escaparon varios toros, por lo que a partir de entonces, el desencajonamiento se realizó directamente de las cambretas de las ganaderías al edificio llamado “El Gas”. El encierrillo pamplonés consiste en trasladar los astados desde este lugar, con un recorrido de 440 metros, a través de los siguientes tramos: calleja, plazuela del antiguo matadero, calle de Errotazar, puente sobre el Arga y cuesta del Molino Viejo hasta el corral de Santo Domingo, habilitado en el antiguo Baluarte de la Rochapea. Un público numeroso presencia en silencio el espectáculo.