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EL ECO DE NAVARRA

EL ECO DE NAVARRA

Publicación creada por Nicanor Espoz el 3 de noviembre de 1875 con la finalidad de defender los fueros y combatir el carlismo. Inicialmente apareció con la mancheta de El Eco de Pamplona pero a petición de los lectores la modificó (5.1.1876) por la de “El Eco de Navarra”.

La consolidación del periódico hizo que finalmente se convirtiera en diario el 28 de abril de 1877. Con motivo de esto redujo su formato y aumentó el número de páginas a dieciséis, aunque al poco volvió a salir en tamaño mayor y cuatro páginas. Se presentaba inicialmente con el subtítulo de “periódico liberal y defensor de los intereses de Navarra”, pero en 1898 lo redujo a “periódico independiente”. Se convirtió en el diario más importante en Navarra durante el último cuarto del siglo XIX, y fue el primero de prolongada existencia y estabilidad en la región. Como quería señalar su nombre, pretendía ser el eco imparcial y objetivo de los acontecimientos de la vida navarra. La línea editorial estaba marcada, en sentido negativo, por la moderación, o mejor la no intransigencia. En sus páginas hallaban cabida todas las ideas, siempre dentro de un amplio conservadurismo. Esta nota de neutralidad le acarreó, por contra, los continuos reproches de los otros periódicos que exigían de él una manifestación clara y tajante de su adscripción política; para esos otros diarios su única nota era el anticarlismo. Frente a ellos, El Eco se declaraba monárquico partidario del régimen constituido y se puede intuir en su orientación una proximidad cierta al partido liberal canovista. El conservadurismo se plasmaba también en otros aspectos: redaccional y tipográfico -su inmovilismo era tal que mantuvo hasta 1894 el precio de reales, cuando el resto lo indicaba en pesetas- o en los contenidos e informaciones sobre temas religiosos. Explícitamente se declaraba católico, con la peculiaridad -teniendo en cuenta la abundancia de publicaciones carlo-integristas- de rehuir las exageraciones y extremismos.

Con el inicio del siglo se produjeron algunos cambios que, al final, fueron los causantes de su desaparición. En 1895 Nicanor Espoz cedió la propiedad a Julián Felipe, hombre más liberal, si bien la publicación no sufrió variación alguna apreciable. Al introducirse en Navarra las primeras células socialistas hubo una reacción por parte de ciertos sectores acomodados de Pamplona, que no veían con buenos ojos a la Federación Obrera. El Eco de Navarra ni defendió la nueva organización ni la atacó y esta fue su ruina. Tal postura, un tanto indiferente, propició la aparición de Diario de Navarra*, de tendencia liberal conservadora -en concreto maurista- como El Eco, pero con muchos más medios económicos y un concepto más moderno del periodismo. Desde que apareció en 1903, el Diario procuró desacreditar a su rival e intentar mostrar que no servía para defender la tendencia de la que los dos pretendían ser portavoces. Después de diez años de continuos encontronazos, ganó el más fuerte y el 29 de junio de 1913 El Eco explicaba a sus lectores que cerraba, por “la coincidencia de ambos periódicos en principios generales de carácter social” y por “las dificultades que frecuentemente dificultan y aun impiden realizar algunas reformas presentadas y acometidas con los mejores propósitos”. A lo largo de su existencia tuvo como directores al mencionado Nicanor Espoz, a José Lambert y a Emiliano Los Arcos. Entre los redactores cabe destacar que en 1901 empezó a trabajar en El Eco Raimundo García García*. Fue el primer diario en cuanto a tirada (en torno a 3.000 ejemplares) desde fines del siglo hasta pocos años antes de su desaparición.

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