EL ANUNCIADOR IBÉRICO
EL ANUNCIADOR IBÉRICO
Periódico tudelano de larga y variada vida. Comenzó el 6.3.1887 como semanario dominical, convirtiéndose en bisemanal a partir del 1.1.1888 y en diario desde el 4.1.1894 a marzo del mismo año. Reapareció el 7.3.1898 dos veces por semana y duró hasta el 7.11.1920. Reapareció el 1.1.1921 y continuó hasta mediado el verano de 1922. Figura como fundador, editor, propietario y director Julio Subirán.
En su primer número se anunciaba como “periódico semanal de noticias y anuncios”. Se imprimía en el establecimiento de Subirán, situado en la calle Matadero 3, con un formato de 8 páginas, 4 de ellas de publicidad. En sus distintas etapas, cambió de tamaño, compaginación y confección, pero manteniendo una línea propia, buscando “el bien de Tudela”, pues según se indicaba en uno de sus números, “por nadie ni con nadie nos casamos; la imparcialidad en las cuestiones ha de ser nuestro guía”. Aunque sí se definió como liberal, políticamente actuó sin perder su proclamada imparcialidad. A partir de junio de 1888 se definió en la mancheta como “Defensor de los Fueros de Navarra”, adoptando en este sentido una línea más beligerante. Fue desde sus páginas donde se lanzó la iniciativa de que se diera el nombre de los Fueros a la mayor plaza o calle más principal de cada localidad navarra. Con ocasión de “la Gamazada” y tras una potente campaña, publicó una ingeniosa esquela del ya ex-Ministro, el 12.3.1894. En primera página y a 3 columnas se decía “El Excmo Sr Don Germán Gamazo/ Ministro que ha sido de Hacienda/ Ha fallecido/ (políticamente hablando)/ Séale la tierra pesada”. Este mismo recurso de la esquela lo empleó para dar cuenta de las pérdidas de Cuba y Filipinas en el número del 3.12.1898. El texto se iniciaba con el siguiente encabezamiento: “La Señora/Dña Angustias de las Colonias robadas/ ex-duquesa de Cuba-rota, ex-marquesa de Filipamplinas,/ ex-condesa del Gran-Joló, ex-princesa de Rico-Puerto/ y ex-grande de Caro-Linas/ Ha fallecido en París sin recibir los últimos auxilios”.
Entre los colaboradores y redactores de El Anunciador Ibérico, figuraron Carlos Martínez de Ubago, Juan Oviedo, Camilo Fernández, Eulogio Bandrés y Esteban Castillo. Mantuvo polémicas con otros periódicos tudelanos. contaba con abundante publicidad, que redundaba en su buena paginación e impresión. Publicó interesantes números extraordinarios y suplementos. Tras la suspensión de “El Anunciador” en marzo de 1898, simultánea a la de su colega “El Diario de Avisos”, volvió a reaparecer en mayo como bisemanal hasta morir en 1922. En sus páginas se publicaron en forma de folletón obras de la historia de Tudela.