ECHEVERRÍA, MARTÍN DE
ECHEVERRÍA, Martín de
Ensamblador nacido en Arazuri donde dejó a su muerte una fundación. Fue vecino de Pamplona y desarrolló su actividad hasta más allá de la primera mitad del siglo XVII. Sus retablos acusan la transformación de la traza propia de los nuevos tiempos, la cual aunque mantiene la estructura de casillero, sin embargo utiliza las columnas entorchadas o con estrías en diversas formas, a la par que van desapareciendo los frontones. La iconografía permanece más pegada a los modelos romanistas, aunque el movimiento de los paños, plegados en ángulo, testimonia la presencia del barroquismo. Martín de Echevarría casó con María Pérez de Erviti, viuda del ensamblador Pedro de Arraydu, lo que debió ser importante para el maestro, pues heredó su taller y algunas obras para finalizar como fueron los retablos de Berrioplano y Jaurrieta.
Entre la numerosa producción del artista merecen especial mención los retablos mayores de Berriozar, Undiano, Beriain y Gazólaz, así como los colaterales de Esquíroz, todos ellos realizados poco antes de la mitad de siglo. El primero de los citados se hizo bajo la protección del abad Nicolás Ezpeleta y muestra en su arquitectura los avances hacia el barroquismo, en tanto que las escenas en relieve de la Pasión, Infancia de Cristo y de la vida del titular San Esteban evidencian la influencia del escultor vallisoletano Gregorio Fernández. Relacionado con este estilo se hallan los relieves del banco de Undiano, que representan cuatro escenas de la Pasión. El mayor de Beriain está dedicado a San Martín y desarrolla un programa inconográfico bien organizado en sus secuencias. La traza, obra de Martín de Echeverría, combina elementos avanzados con otros arcaizantes.
Forman conjunto con el mayor los retablos colaterales obra del mismo maestro. Finalmente el de Gazólaz, compuesto de banco, un cuerpo dividido en cinco calles y un ático, muestra en la escultura un estilo próximo al de Domingo de Lussa aunque más tosco, lo que puede deberse a la participación de Fausto de Ulzurrun, discípulo de Lussa. El sagrario expositor es obra anterior debida a Francisco Olmos y de él se conserva traza original fechada en 1601.
Trabajó también Martín de Echevarría en obras de menor empeño, tales como los colaterales de Cordovilla y Olcoz y tomó parte en numerosas tasaciones.
Bibliografía
M.C. García Gaínza, La escultura romanista en Navarra (Pamplona, 1969), p. 152-161. T. Biurrun Sotil, La escultura religiosa y Bellas Artes en Navarra durante la época del Renacimiento (Pamplona, 1935), p. 412-418.