DOMINICOS
DOMINICOS
Tuvieron tres conventos en Navarra durante la Edad Media. El de Santiago de Pamplona está documentado con anterioridad a 1242, emplazado en el solar que hoy ocupa la Diputación Foral; en su capilla radicaba seguramente una cofradía para atender a los peregrinos. Durante el reinado de Teobaldo II se realizan obras costeadas por el rey (1266), que se alojaba en la casa durante sus estancias en Pamplona; también en el siglo XIV consta el convento como residencia regia.
La fundación de Santo Domingo de Estella se debió a iniciativa personal de Teobaldo II, quien solicitó en 1258 las oportunas licencias y costeó el magnífico edificio del que se conservan la iglesia y dos alas del convento.
En Sangüesa se fundó como consecuencia de la manda de 20.000 sueldos que el mismo Teobaldo II legó para su construcción, demorada al menos hasta 1280. En el transcurso de la guerra entre Carlos II y Enrique II de Castilla (1378-1379) el primitivo edificio fue derribado por orden real por su proximidad al castillo; a cambio el monarca cedió a los dominicos sus algorios, la sinagoga y el hospital de los judíos (1379). En 1388 estaba acabado el nuevo convento, ubicado en la actual plaza de Santo Domingo. Entre 1301 y 1568 los conventos navarros, que antes pertenecían a la provincia de España, dependieron de la provincia dominicana de Aragón.