DEYO
DEYO
Denominación primitiva del espacio coincidente aproximadamente con la alta Navarra media occidental, la llamada tierra de Estella o, con mayor precisión, los actuales valles de Yerri, Guesálaz, Allín y, hasta cierto punto, la Solana y Valdega. El corónimo aparece documentado por primera vez en la crónica ovetense de Alfonso III, de finales del siglo IX. Se dice entonces que la comarca Degio siempre la habían poseído los propios oriundos; esta afirmación debe entenderse sin duda desde la perspectiva de la monarquía asturiana, a cuyo servicio escribía el autor de aquel texto. Se sabe por otros conductos que en aquellos años precisamente señoreaban la comarca los Banu Qasi y que, poco después, fue soldada al núcleo pamplonés por el rey Sancho Garcés I (905-925). A éste debió de servirle como plataforma, realmente necesaria, para el dominio del somontano contiguo y, más allá del Ebro, las tierras de Nájera. No se conoce el núcleo de población organizador de aquella terra Degensis quizá un distrito de tradición al menos tardorromana; en todo caso, su nombre quedó asociado hasta comienzos del siglo XII al vértice fortificado de San Esteban de Deyo, luego Monjardín. Reciente todavía la inserción de la comarca en el ámbito político de Pamplona, parece que los obispos de esta sede añadían a su título el referente a Degio. Se han sugerido como hipotéticas pervivencias etimológicas de este locativo los topónimos actuales de Yerri (“Deyerri”) y Dicastillo (“Dei-castillo”). La zona abarca curiosamente, en buena parte, los límites que la Crónica del Príncipe de Viana atribuye a la Navarra primigenia.