CURIA
CURIA
Denominación habitual del séquito, fijo o esporádico, de los reyes de Pamplona hasta el siglo XII. Como en las demás monarquías hispano-cristianas y extrapeninsulares, están documentadas las expresiones sinónimas de cuño igualmente romano, palatium, curia palatii o aula, y otras (toga, militia) que remiten a algunas funciones específicas de aquel cortejo. En sus conciliábulos de mayor trascendencia, formaban parte de aquel supremo aparato de gobierno los miembros de la familia regia, los prelados y, en particular, el obispo de Pamplona, más un número variable de “barones” o seniores titulares de “tenencias”. Los dignatarios estrechamente adscritos a la “casa” o sede itinerante del soberano eran el “mayordomo”, el “botellero” y el “caballerizo” o “estabulario” (maior equorum); en el siglo XI se citan también el “pincernario”, el “fertorario”, el “escanciano”, el “tallator” y tiene singular relieve el armiger o alférez, objeto ulteriormente de tratamiento privilegiado en el Fuero General de Navarra (lib. 1, tít. 2, cap. 1, de la edición de P. Ilarregui y S. Lapuerta). En un plano operativo de menor rango figuran el propinator o “limosnero” y, sobre todo, el “escriba”, miembro de un equipo de expertos en los instrumentos escritos de gobierno, preludio de la cancillería relativamente desarrollada, ya bajo Sancho VI el Sabio; el “prepósito” precede quizá léxicamente al “merino mayor”, coordinador al menos desde Sancho VII el Fuerte de los bailes y merinos responsables locales de las exacciones regias en las villas de señorío realengo y los núcleos de población franca. Había también, desde el siglo XI o antes, iudices o alcaldes, jurisperitos adscritos permanentemente al tribunal del rey.
A lo largo del siglo XIII se fue remificando el arcaico “palacio” altomedieval, conformado desde remotos precedentes hispano-visigodos y ciertos préstamos europeo-occidentales. Se sustituyó en primer lugar, el término curia por el de “Cort*”, derivado probablemente de la voz, también romana, de cohors, cohorte, conjunto de personas. Fraguó así la expresión “Cort general” (Curia generalis en latín) para significar las asambleas representativas del reino, los posteriores “Estados” o “Cortes”. En singular y sin mayores precisiones, la palabra “Cort” designó el posterior Consejo Real y, posteriormente, el núcleo especializado en las funciones judiciales anejas al poder soberano.