CORREA, LUIS
CORREA, Luis
Autor de Historia de la conquista del reino de Navarra por el duque de alba (Salamanca, 1513). El libro va dedicado a Gutierre de Padilla, comendador mayor de la Orden de Calatrava, miembro del Consejo Real de Castilla y tío de Fadrique de Toledo, duque de Alba. Correa presenta la campaña en veinticinco epígrafes, con un proemio y un epílogo en que pondera el papel del duque. La crónica tiene una unidad e intención manifiesta: el primer capítulo expone “cómo el rey Luis de Francia puso cisma en la iglesia contra el Papa Julio segundo”, y que Juan de Albret, “vencido más de las promesas gálicas que de la honra de Dios” se avino a que el ejército castellano pasase por Navarra hacia Bayona, previo aviso al rey francés, engaño al que Fernando el Católico contestó con la promesa de “que él tomaría por fuerza lo que él (el navarro) no quería dar de su voluntad”. En la narración don Fadrique es el único personaje adornado de “discreción” y “esfuerzo” en cualquier circunstancia, y brilla incluso por sus dotes oratorias en tres ocasiones, una al dirigirse a los defensores de Juan de Pie del Puerto y dos en Pamplona, a cuyos ciudadanos recuerda la derrota de Carlomagno.
En el “fin de la obra”, Correa se adelanta a despejar posibles objeciones a la guerra de Navarra: “y si algunos detractores, de que esta nuestra España abunda, quisieren poner en ella algún objecto, no debe ser admitido como de personas que, sentadas en el teatro reciben placer de ver los que en el gimnasio o lugar donde se prueban las fuerzas, contienden, mas huyen su ejercicio (…) Ninguna cosa hay en esta vida sin envidia, salvo la pobreza; e cuanto más virtuoso más envidiado; no se lee de ningún capitán, que tanto lascarmas como el trabajo sufriese como el duque de alba”.
Correa demuestra erudición y aduce hechos y ejemplos, acaso de segunda mano, de historiadores latinos a quienes recurre como fuentes de estrategia militar y no como guías de valores espirituales. Correa puede ser un ejemplo del prestigio que César alcanzó como autor entre los militares del XVI inicial, según señaló Menéndez y Pelayo (Bibliografía hispano-Latina clásica, 1950-3, II, 192-199). Al mismo tiempo, parece reconocer limitaciones a la lengua, cuando en el epílogo pide a su protector y dedicatario que “perdone el romance, que abrazándome con lo moderno que es conveniente deseche el retoricado estilo del Quintillano”.
J. Yanguas y Miranda preparó y editó la Historia de la conquista del reino de Navarra (Pamplona, 1843), a la que antepuso un prólogo que resume la historia del propio reino y apostilla la conquista y el debate sobre ella con una observación entonces válida: “Quienes menos interés parecen haber manifestado en esta célebre controversia han sido los navarros. Desde muy antiguo ellos más han cuidado de hacer que de escribir”.
La crónica de Correa la tradujo al latín Nebrija, con el título De bello Navariensi (Granada, 1545).