COLIFLOR
COLIFLOR
Hortaliza de la familia de las crucíferas, género Bróssica, especie Clerácea y subespecie Botrytis. La coliflor común pertenece a una división de esta subespecie que recibe el nombre de cauliflora.
Morfológicamente la coliflor común tiene una raíz principal, gruesa, de un diámetro que en su desarrollo máximo, alcanza entre 4 y 8 cm. De ella salen numerosas raíces secundarias que raramente se ramifican por lo cual el sistema radicular es reducido en comparación con la parte aérea. Tiene un tallo vigoroso de hasta 50 cm de altura, poco ramificado y con hojas grandes, alargadas, y de color verde claro, aunque algunas variedades pueden tenerlas de tonalidades más oscuras e incluso azuladas. Las flores, agrupadas en inflorescencia, son grandes y amarillas. El cáliz posee cuatro sépalos y la corola tiene cuatro pétalos.
De que las hojas recubran más o menos las inflorescencias depende, en gran parte, la buena o mala calidad de las coliflores.
En Navarra, el cultivo se intensifica principalmente alrededor de las plantas de congelado existentes (1986) en Azagra, Martilla, Peralta y Milagro. Estos municipios y los cercanos alcanzaban (1982) las mayores producciones: Milagro, 3.600 Tm; Peralta, 3.400 Tm; Azagra. 1.060 Tm; San Adrián, 800, Tudela, 700 Tm; Lodosa, 680 Tm y Martilla, 300 Tm.
El cultivo se realiza en regadío. En la campaña 86 la superficie cultivada en Navarra fue de 1.295 Ha, superándose en un 12% la existente el año anterior, la producción media suele oscilar entorno a las 20-22 Tm/Ha.
Es un cultivo con gran adaptabilidad a diferentes tipos de suelo. Prefiere terrenos franco-arcillosos, por cuanto le garantizan, mediante riegos adecuados, un mejor suministro de humedad a las raíces y porque son los terrenos mejor dotados en cuanto a elementos fertilizantes, especialmente potasa, de la que la planta es muy árida. Las mejores producciones se obtienen con ph cercano al 6,5. No obstante el cultivo tiene buenas posibilidades con ph hasta 7,5.
Las coliflores requieren en general, climas frescos y húmedos. El cultivo se puede dividir en varias fases. Durante la primera las temperaturas deben ser moderadas para facilitar una buena implantación, no provocar una inducción prematura a flor. En la 2ª fase, las temperaturas deben oscilar entre los 5 y 15° C para inducir a la floración. Si las temperaturas siguen siendo altas se dan efectos perjudiciales que inducirán a una floración deficiente de los frutos o piñas. Durante la 3ª fase, en la que se forma la florescencia, la temperatura no tiene tanta importancia, salvo si descienden de 0° C, por el riesgo a que el hielo afecte a la florescencia y la deje marcada, desechándola para la venta. Otro factor que se debe tener en cuenta es el de la acción de los rayos solares, cuya incidencia directa sobre la floración puede desvirtuarla, por hacerle perder su color blanco.
Se puede cultivar de dos formas: con semillero y luego trasplante al terreno definitivo o bien con siembra directa en el terreno definitivo. El primero es el habitual en Navarra.
La época de plantación se desarrolla desde mediados de julio hasta mitad de agosto, aunque hay un porcentaje muy bajo que se planta incluso en el mes de junio, coliflores muy tempranas cuyo destino es la venta en fresco. Se hace manualmente, poniendo las plantas a raíz desnuda, colocadas en la parte inferior del caballón. A continuación se da un riego, procurando mojar el terreno hasta la altura a que se han colocado las plantas, para facilitar el arraigue de éstas en el terreno. Al cabo de 20-30 días se procede a recalzar las plantas y el resto de las labores se reducen a dar los riegos, abonados y tratamientos oportunos.
El producto puede obtenerse desde primeros de septiembre hasta finales de abril, debido a la amplia gama de variedades existentes en el mercado, aunque las congeladoras están adscritas a un par de variedades, fundamentalmente Matra y Dominant.