CLAVERO
CLAVERO
Claviger en su forma latina. Literalmente “el que tiene las llaves”, que, por un lado, es sinónimo de autoridad y, por otro, y más inmediatamente, pueden hacer referencia a las que efectivamente tendría para el almacén donde haría guardar el producto de la recaudación en especie (grano, vino, aceite, etc.) de la pecha debida por los campesinos a su señor. Ésta es, en efecto, la función del clavero (hasta el siglo XII, sinónimo genéricamente de “baile” y de “merino”) como representante y administrador de los bienes y derechos del rey o del señor en un lugar o distrito determinados. En el fuero concedido por Sancho VI el Sabio a los de Santacara (1191) les exime de tener clavero del rey o de señor; en otros casos, y sin duda por los resentimientos que podía causar el cargo de recaudador, el monarca accedía a que no lo sea uno de los vecinos del lugar, sino de otro pueblo. En razón de su oficio estaba exento de la pecha que podía corresponderle como villano.