CIERZO
CIERZO
Con este nombre se conoce al viento del NO, especialmente sensible en la mitad sur de Navarra; penetra hacia el Valle del Ebro. Es muy seco por efecto de la expansión que la permite la topografía, sopla a gran velocidad y es térmicamente frío en invierno y fresco en verano. La situación barométrica que lo determina suele corresponder a un anticiclón situado sobre el Atlántico oriental y una baja presión en el Mediterráneo occidental. Entre ambos centros se establece un gradiente de presión que desplaza masas de aire del NO, canalizadas a través de la cuenca del Ebro. Su carácter frío y racheado suele ir asociado a una advección fría, especialmente en invierno, con acusado gradiente de presión. Por este motivo es capaz de provocar fuertes descensos de temperatura, por debajo de los 0°C. Es muy veloz, con rayas de hasta más de 100 km/hora que barren las nubes, activa la evaporación, inclina la vegetación, favorece la erosión eólica, etc. En el resto del valle del Ebro la situación de cierzo también puede ser debida a flujos del norte y del noreste cuando las altas presiones se disponen en sentido meridiano sobre el Atlántico oriental o basculan sobre el occidente europeo. En ambos casos, cuando alcanzan el valle del Ebro cambian a dirección NW-SE al rebotar en el Sistema Ibérico y se desplazan hacia el Mediterráneo según esta dirección. Sin embargo, en Navarra estos flujos no siempre se traducen en un cierzo típico, por cuanto los condicionantes topográficos aludidos no los modifican en el mismo sentido, especialmente los del NE. Incluso suelen ser situaciones menos intensas y más pasajeras, debido al menor gradiente de presión que las crea. La típica de cierzo suele durar unos 3 días en verano y hasta 7 en invierno, incluso más si se refuerzan las bajas presiones mediterráneas con la llegada del aire frío. Cuando arrastra sistemas frontales puede producir nubosidad de estancamiento y alguna precipitación en la vertiente cantábrica. Paulatinamente van desapareciendo al sur de la divisoria atlántico-mediterránea y en las cuencas prepirenaicas, al tiempo que aumenta progresivamente su velocidad y disminuye su humedad relativa. En la Navarra Media alternan nubes y claros y en la Ribera el cielo está totalmente despejado con cierzo intenso y muy racheado. Puede presentarse en cualquier época del año, pero la mayor frecuencia y persistencia suelen corresponder a la época invernal.