CIERVO
CIERVO
Mamífero artiodáctilo*, puede alcanzar en los machos un peso de 200 kg. Estos poseen una llamativa cuerna que cambian cada primavera por otra más desarrollada, si bien el número de puntas no está directamente relacionado con la edad. El pelaje es marrón pardo, aunque el escudo anal es algo más claro.
En las estaciones más propicias una gran parte de su actividad se desarrolla en las horas cercanas al crepúsculo y en la noche, mientras que durante el resto del año se mueve también durante las horas diurnas.
El celo, conocido por “la berrea”, tiene lugar entre los últimos días de septiembre y los primeros de octubre. En esta época los machos defienden con vigor su territorio, situado frecuentemente en pequeños claros del bosque e intentan atraer a las hembras con bramidos potentes.
Nueve meses más tarde, las hembras dan a luz una cría cubierta de una piel de color marrón claro, salpicada de manchas blancas que favorecen su mimetismo con el medio; disminuyen de esta forma los ataques de los predadores en los primeros días de la vida de los gabatos. En su segundo año de vida, a los machos se les desarrollan sus dos primeras puntas, los varetos, sustituidas en el tercer año por dos puntas en cada rama de la cuerna, los horquillones.
Su alimentación se compone de materia vegetal: hierba, arbustos y partes verdes de los árboles. Cuando la densidad es muy alta pueden frenar seriamente la regeneración del bosque al comer las plántulas de las especies arbóreas.
Antiguamente, el ciervo se repartía de forma general por toda Europa. En la actualidad el área ocupada por esta especie se halla reducida a núcleos de extensión variable.
En Navarra, como en una gran parte de la Península, el ciervo se extinguió como consecuencia de la presión de caza durante la época medieval. Las poblaciones existentes son fruto de las repoblaciones realizadas por los Servicios Forestales del Ministerio de Agricultura y por la Diputación Foral de Navarra:
CIERVO
La repoblación de Bértiz no pudo prosperar debido, entre otras cosas, a la poca extensión del señorío, y al año siguiente se trasladaron 8 ciervos sobrevivientes al bosque de Irati, en cuya vertiente francesa también fue repoblada esta especie. Esta población se está desarrollando con vigor.
La repoblación de Lanz resultó al parecer frustrada por el furtivismo. Por el contrario, los ciervos sueltos en los montes de Quinto Real dieron lugar a una población boyante extendida entre Velate y las cercanías de Burguete, si bien el núcleo principal se encuentra localizado en la cabecera del Ara.
Se cazan del orden de 12 ciervos entre el Iratí y Quinto Real. Ambos núcleos han dado hasta la fecha una proporción importante de trofeos con medalla, siendo el record uno capturado en Quinto Real en 1966 con 195,5 puntos.
La caza se lleva a cabo según dos modalidades distintas. El rececho se practica durante la berrea. En esta modalidad, el cazador acompañado de un guarda intenta sorprender a los machos, que excitados por el celo han olvidado en parte sus precauciones habituales. Esta modalidad se practica en los cotos de Quinto Real y La Cuestión, propiedad del Gobierno de Navarra. En los valles de Esteríbar, Aézcoa y Salazar se practican batidas.
Las fuertes nevadas que caen habitualmente en invierno y comienzos de la primavera son causa de una mortalidad importante en ambas poblaciones, especialmente en los animales más jóvenes, sin embargo tienen también un indudable efecto de saneamiento al eliminar a los individuos menos vigorosos o enfermos.