CASTILLA VIEJA
CASTILLA VIEJA
En latín, Castella Vetula. Así consta entre los territorios señoreados por el rey pamplonés García Sánchez III el de Nájera (1035-1054) y por su hijo y sucesor Sancho Garcés IV el Peñalén al menos hasta 1060. Correspondía a la zona septentrional de la actual provincia de Burgos, sobre el valle del alto Ebro, repoblada y bautizada en el siglo IX como Castella, el país de los castillos, al-Qila para los musulmanes. Dentro de la monarquía asturleonesa, constituyó el núcleo originario del condado de Castilla, extendido rápidamente por la planicie burgalesa hasta las orillas del Duero. Heredado el condado por doña Mayor, esposa de soberano pamplonés Sancho el Mayor, es probable que se concertara un arreglo sucesorio: mientras que del área de expansión del patrimonio materno, incluida la plaza de Burgos, se hacía cargo el segundogénito Fernando, al primogénito García el de Nájera correspondería el primitivo reducto castellano hasta el litoral cantábrico. Convertido por vía de matrimonio en rey de León, Fernando I no tardó en sustraer a su sobrino Sancho el de Peñalen aquellos dominios de soberanía originariamente asturleonesa. La zona efímeramente pamplonesa -apenas un cuarto de siglo- comprendía los valles y comarcas de Trasmiera, Ruesga, Soba, Carranza, Sopuerta, Mena, Tudela, Losa, Valdegovia, Arreba y, al sur del Ebro, la Bureba.