CASTAÑA
CASTAÑA
Fruto del castaño, nutritivo y sabroso, del tamaño de la nuez y figura de corazón, cubierto con una cáscara gruesa y correosa de color caoba. Rica en hidratos de carbono, aunque pobre en nitrogenados, ha constituido la alimentación básica, junto a las alubias, maíz y leche en gran parte del noroeste de Navarra.
El castaño es una planta arbórea que llega a alcanzar los treinta metros de altura y un diámetro de 1,5-2 metros. De la familia botánica de las hayas, la variedad que se da en Navarra es la Castanea sativa, aunque, debido a la enfermedad que sufren, se ha importado en los últimos años la variedad japonesa. Necesita lugares húmedos y protegidos; hace buen maridaje con el roble.
El castaño fue introducido en la antigüedad. Cubrió extensas zonas de Baztán y Regata del Bidasoa, pero las importantes talas de los montes que cubrían y sobre todo la enfermedad que apareció después de la Gran Guerra de 1914-1918, llamada “Tiña del castaño”, que ataca sus raíces y seca el árbol, ha supuesto la pérdida importante para la economía de la zona, dado que el fruto, cuyo centro comercial estaba en Aranaz, y su madera, noble tanto para muebles como tarimas, suponía una importante fuente de riqueza.
En la década de 1950 se importó el castaño japonés, con el fin de sustituir a los atacados por la “tiña”. Sin embargo el fruto no madura como la planta autóctona, en un momento o época determinada, sino durante dos o tres meses, lo que dificulta y encarece su recolección; además su fruto es de tamaño menor y relativamente insípido. Tampoco es árbol que desarrolle como los anteriores, por lo que se ha acabado realizando plantaciones de pie japonés, a los que no ataca la “tiña”, con injertos de la variedad indígena.
A finales de octubre se inicia la recogida del fruto ya maduro, generalmente del suelo; las que quedan en el árbol se varean con largos palos de avellano.
Aunque en menor proporción que antes, las castañas se siguen consumiendo asadas en tamboril*, en las reuniones familiares o de amigos. Cada tamboril precisa veinte minutos para asar las castañas, que posteriormente serán comidas acompañadas de sidra. A los niños se les da de desayuno o cena las castañas cocidas y peladas, deshechas en tazones de leche caliente. En la Zona Media se consumen, además de asadas, cocidas, para lo cual se acostumbra a quitarles una por una la “florica” o apéndice final del fruto y después se ponen a cocer con sal y una hoja de berza o unos granos de anís.
El castaño da lugar además a una artesanía, la de los cesteros, en franca decadencia, pero importante en tiempos recientes. Los hubo en Leiza e Irurzun y quedan aún en Ventas de Yanci y Lesaca. Cortan brotes, de entre 3 y 12 centímetros de grosor, de madera de jaral de castaño, en la mengua de los meses de invierno; pues en otra luna de la misma estación se apolilla. Esta madera puede ser trabajada seguidamente, pero si se reserva para transformarla durante el resto del año, se sumerge en agua. Para su elaboración, se introducen brotes de un horno especial donde se cuecen al vapor. Seguidamente se descorteza y con una cuchilla especial se van partiendo al hilo finas tiras de unos dos milímetros de espesor, con las que luego el artesano hará cestos y otros elementos muy útiles en el medio agrícola y marino.