BIGORRA
BIGORRA
Región histórica francesa, coincidente en buena parte con el actual departamento de Altos Pirineos. Constituyó en época romana el distrito o civitas de las Bigerriones, dentro de la provincia de Novempopulania, su centro de convocatoria, Tarbes, fue temporalmente sede de un obispado. Adscrita en época franca al extenso condado o ducado de Gascuña, junto con éste quedó englobada desde mediados del siglo XI en el complejo ducado feudal de Aquitania. Había configurado ya un condado con dinastía propia; por las Genealogías de Roda se sabe que el conde Raimundo (940-956) era hijo de Lopa, hija natural a su vez del monarca pamplonés Sancho Garcés I. Carece, sin embargo, de fundamento la tradición que atribuyó a Iñigo Arista un origen bigorritano. Extinguida la sucesión masculina, el condado recayó por vía de matrimonio en una rama menor de la familia vizcondal de Bearne a finales del siglo XI. El conde Céntulo colaboró, como su hermanastro Gastón IV de Bearne, en la reconquista del valle medio del Ebro y a estos efectos prestó el oportuno homenaje al monarca navarro-aragonés Alfonso I el Batallador.
La muerte de la condesa Petronila (1251) que, de sus cinco matrimonios sólo dejó descendencia femenina, planteó un largo conflicto sucesorio. El soberano navarro Teobaldo II pretendió el condado por cesión de la viuda y los hijos de Simón de Monfort, y en una campaña militar llegó a ocupar la plaza de Lourdes (1266). Sin embargo, el pleito se resolvió finalmente con la incorporación del territorio a los dominios directos del rey de Francia. Felipe IV el Hermoso (1307), previa indemnización al obispo de Le Puy, a quien debían vasallaje inmediato los condes. Finalmente, el soberano francés Carlos VII transfirió el condado (1425) a Juan I, conde de Foix y vizconde de Bearne, cuya descendencia lo retuvo hasta que Enrique III de Navarra se convirtió (1589) en rey de Francia.
Bibliografía
R. García Arancón, La cuestión de Bigorra, “Gran Atlas de Navarra. II. Historia”, (Pamplona, 1986), p 84-85.