BEÚNZA, “PLATEAU” DE
BEÚNZA, “plateau” de
Formación geológica característica del valle de Atez, denominado así por Lamare (1936) en atención a su configuración morfológica. Tanto en su parte norte como en la oriental, limita de un modo estratigráfico normal con las margas apizarradas del Cretácico inferior (Albiense) que configuran los valles de Basaburúa y de Ulzama. Al oeste, sin embargo, su delimitación obedece a un fenómeno importante: el diapiro de Echalecu, que acompaña a una falla de desgarre de dirección NNO-SSE. El límite sur de esta zona viene marcada por las calizas del Paleoceno inferior del sinclinal de San Bartolomé.
En esta zona, de gran sencillez estructural, es donde se ha encontrado mayor potencia y la más completa representación de todos los pisos del Cretácico superior en facies flysch. La sucesión litológica presenta bastantes variaciones, siempre a base de estos tres componentes fundamentales: margas, calizas y areniscas. Destacan también dos tramos de calcarenitas en bancos gruesos, de edad comprendida entre el Coniaciense y el Maastrichtiense. Hay, además, cerca del diapiro de Echalecu, niveles de brechas intercalados, englobando diversos materiales (calizas jurásicas, ofitas, cuarzos, etc.).
Estos depósitos turbidíticos conforman, en su mayor parte, los valles de Imoz y de Atez, pertenecientes a la cuenca del Larráun y del Ulzama, respectivamente. En el primero afloran también las arcillas yesíferas del diapiro de Echalecu.