BARÓN RADA, BALDOMERO
BARÓN RADA, Baldomero
(Pamplona, 7.3.1890-5.7.1985). Periodista y escritor que firmó con el anagrama Romedobal. De niño repartió “El Eco de Navarra”, en cuya imprenta comenzó a trabajar; de ella pasó a la de García, en la calle Estafeta, donde fue tipógrafo, presumía de haber compuesto letra a letra algunas Euskarianas de Campión, que éste le firmó. En 1917 publicó sus primeros Ripios al vuelo en “Diario de Navarra”, periódico en el que más tarde (1952) fue redactor dedicado a tareas de cronista social, crítico teatral y musical y en el que hasta una década después de su jubilación (junio de 1974) siguió preparando secciones diarias, como Medio siglo atrás. Los Ripios los mantuvo en el periódico hasta la década de los 70, limitados a sanfermines al desaparecer las secciones en verso.
En el Orfeón Pamplonés fue barítono, conserje, secretario y secretario honorario y a la entidad dedicó dos trabajos históricos, con ocasión de los 50 y 75 años del coro, que a su vez le dedicó un homenaje (1980). Fue también socio de honor de la orquesta “Santa Cecilia” y escribió numerosos reportajes sobre otras entidades musicales pamplonesas. Y para perfilar su carácter de pamplonés esencial, inhumado a las doce del 6 de julio, con el pañuelo rojo sobre el ataúd, fue portaestandarte de la Hermandad de la Pasión, miembro de las cortes de la Virgen del Pilar y de San Fermín, de la cofradía del Santísimo Sacramento. También cronista perpetuo de la romería de Ujué.
Editó dos obras de teatro, Viejo y soltero y Con permiso, pero su obra literaria más conocida, aparte de la sección poética en la prensa (además del periódico, en la “La Avalancha”) fueron los poemarios: Desahogos poéticos (1925); Romancero navarro, su título más difundido, premio Biblioteca Olave (Pamplona, tres entregas, 1935, 1937, 1938); Hogar navarro (Pamplona, 1938; entremés versificado). Y entre sus publicaciones de tema musical, El Orfeón Pamplonés ( 23, Pamplona, 1968). Fue fecundo autor de coplas y textos de himnos. Recibió diversas condecoraciones, la que más estimaba era la Medalla al Trabajo.