ASOCIACIÓN INTERNACIONAL DE LOS TRABAJADORES
ASOCIACIÓN INTERNACIONAL DE LOS TRABAJADORES
Primer intento de organización mundial de los trabajadores. Fue fundada en Londres el 1864 Los introductores de la AIT en España fueron el anarquista Fanelli y el marxista Lafargue lo que dio a la asociación su especial carácter doctrinal.
La aparición de nombres navarros en la historia del internacionalismo fue relativamente efímera y tardía. El 17 de diciembre de 1871 el Consejo de la Región española de la Internacional tomó oficialmente la adhesión individual de los mecánicos pamploneses José M. López y Fulgencio Lapresa. En julio de 1872 se habla de que existe un “grupo organizador”. Las autoridades de Pamplona -en plena monarquía democrática de Amadeo de Saboya- llegaron a prohibir sus actividades.
Pese a ello, los internacionales pamploneses se esforzaron en organizar la correspondiente “federación local” (la célula básica de la AIT), consiguiéndolo antes de acabar el año 1872. Fueron meses de enorme actividad, que se puso de manifiesto en algunas de las primeras huelgas navarras. Los activistas navarros se verían forzados a pronunciarse en el enfrentamiento entre marxistas y bakuninistas, que fue uno de los hitos principales en la historia de la Internacional. En el conjunto de ésta, el dilema se resolvió a favor de los primeros, al conseguir que el Congreso de La Haya expulsara a Bakunin en 1872 de la Asociación; pero, en España, junto a una gran parte de federaciones locales que se mantuvo al margen del asunto, la mayoría de las que se pronunciaron lo hicieron a favor de Bakunin. Fue el caso de la federación de Pamplona, cuya asamblea general acordó el 5 de noviembre “protestar enérgicamente de las arbitrariedades cometidas por la mayoría del Congreso de La Haya”. Y añadían: “Declaramos que en vista de la ilegalidad con que se ha procedido para nombrar el actual Consejo general (de la AIT), no le reconocemos como a tal y lo conceptuamos nulo. Igualmente declaramos ser enemigos del autoritarismo, partidarios de la aunomomía, del colectivismo y de la anarquía.” Se sumaban además, explícitamente, al papel que la delegación española había desempeñado en el congreso de Saint-Imier, celebrado por los bakuninistas en septiembre anterior. En el mismo sentido, la federación local de Pamplona se hallaba representada en el III Congreso regional español, que se reunió en 1873 y que seguía la línea ácrata.
En los meses siguientes coincidió la radicalización política que supuso la república en 1873 con el inicio de la última guerra carlista y la paulatina formación del cerco de Pamplona en 1874. Primero la guerra y después la enérgica represión que contra la Internacional se hizo en toda España terminaron con el pequeño núcleo pamplonés. (Sindicalismo, Anarquismo*, Socialismo*).
Bibliografía
V. M. Arbeloa Muru: El socialismo en Navarra (1871-1903). “Letras de Deusto”, V, núm. 10 (1975), 191-207. J. Andrés-Gallego: Sobre el inicio de la política obrera contemporánea en Navarra, 1855-1916, “Príncipe de Viana”, núm. 150-151 (1978), 335-375.