ARTAJONA, MAESTRO DE
Nombre con el que se conoce al autor de la decoración que cubría el muro central de la cabecera en la iglesia de San Saturnino de Artajona que hoy, desprendida de su soporte y un poco mutilada, se custodia en el Museo de Navarra en Pamplona. Oculta para el observador detrás de un enorme retablo desde principios del siglo XVI, era sabida su existencia a través de una descripción de comienzos del siglo XVIII dada a conocer por Pedro de Madrazo.
El tema que allí se representaba era el del Juicio Final, tal como se difundió desde la zona del Languedoc en la segunda mitad del siglo XII. En la parte superior central aparecía la grandiosa figura de Cristo, sedente y frontal, llevando en sus manos la cruz de su martirio. Lo flanqueaban sendos ángeles portadores de las armas de su Pasión, lanza, caña con esponja, flagelos y corona de espinas. En una zona inmediata inferior, con la misma distribución tripartita, se situaba en el centro la gran ventana axial, estrecha y alargada con doble vano, cuyo parteluz e intradós aparecían recubiertos de decoración simulando vidriera.
A uno y otro lado figuraban, en el tamaño casi natural, los apóstoles Pedro y Pablo con sus respectivos símbolos, las llaves y la espada, bajo sendas arcadas de medio punto, a modo de puertas de la Jerusalén Celeste apocalíptica cuyos lienzos de muralla se prolongaban lateralmente. Finalmente, en los muros inmediatos se situaban hombres nimbados y sedentes, en actitud de orar con la atención fija en el Resucitado: eran los apóstoles y santos que como asesores y testigos han de participar en el Juicio Final, según el relato evangélico (San Mateo, XIX, 28 y XXIV, 30). Otras composiciones, hoy muy fragmentadas, completaban la decoración.
Es obra de carácter monumental en la que las figuras, de notable tamaño, imponen su presencia al espectador, mostrándose hieráticas en su rigurosa simetría. La fórmula compositiva obedece a una tradición románico-bizantina, interpretada por un artista que, aunque arcaizante en sus recursos estilísticos, conocía las nuevas tendencias del gótico temprano. Esto se advierte bien en la ornamentación de la ventana central de la cabecera, hábilmente integrada en la composición por medio del color y de la luz que dimana de ella, o en la iconografía elegida para representar el tema del Juicio, destacando la imagen de Cristo como hombre y su papel de víctima con la ostentación de sus heridas y de los instrumentos que las provocaron. Todo ello concuerda con la fecha en que debe situarse su realización, necesariamente posterior al inicio de las obras de reedificación del templo que las acoge, lo que tuvo lugar siendo prior de Artajona, comendatario, el canónigo de Toulouse. Juan de Montealto (1276-1311) y vicario Lope García.
El llamado “Maestro de Artajona” (al que no cabe confundir con un tal Roque que dejó su nombre en las pinturas laterales del presbiterio de la misma iglesia, dedicadas a San Saturnino y San Exuperio, de 1340), ha sido estrechamente relacionado con quienes decoraron la cabecera de la iglesia de San Martín, en Artaiz, y con el autor de la más antigua decoración de los muros y bóveda de la capilla de la Virgen del Campanal en San Pedro de Olite. Según algunos investigadores habría que ver en todos los casos la mano de un sólo maestro, itinerante, procedente de talleres orientales aragoneses, que habría creado su obra más monumental en los muros y bóvedas de la iglesia de Santa María de Sigena (Huesca, ca 1258) en un estilo más arcaizante y esquemático que el de su maestro, el autor -posiblemente de origen inglés- de la representación de la Genealogía de Cristo en los muros de la sala capitular del mismo monasterio.
Bibliografía
P. de Madrazo, Navarra y Logroño. (España, sus monumentos…) Barcelona, 1886. J. Jimeno Jurío, Documentos medievales artajoneses (1070-1312) Pamplona, 1968. F. Bucher, The Pamplona Bibles, “Yale University Press”, 1970, 2 vols. J. Gudiol Ricart, Pintura medieval en Aragón, Zaragoza, 1971. Mª. C. Lacarra Ducay, Aportación al estudio de la pintura mural gótica en Navarra. (Pamplona, 1974), I. P. de V. G. M. Borrás Gualis y M. García Guatas, La pintura románica en Aragón. (Zaragoza, 1978). W. W. S. Cook y J. Gudiol Ricart, Pintura e imaginerías románicas. “Ars Hispaniae, VI” Madrid, 1980 (2ª ed. actualizada). Mª C. García Gainza y otros, Catálogo monumental de Navarra, III, Merindad de Olite. (Pamplona, 1985).