APEO
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Desde su acepción estricta de reseña de bienes inmuebles sujetos normalmente a alguna especie de gravamen privado o público, en la documentación y la historiografía modernas de Navarra ha llegado a designar genéricamente cualquier elenco de fincas, vecinos, patrimonios y rentas elaborado con objetivos económicos o fiscales. El término, empleado anteriormente en los establecimientos eclesiásticos, se generaliza desde mediados del siglo XVII para calificar en particular los grandes repertorios de “fuegos” o familias del reino, como los de 1644-1645, 1646-1647, 1678 y 1726-1727. Se denomina también “apeamiento”; y “apeador” es el comisario u oficial encargado de recoger la información.