APAREJO DE CABALLERÍAS
APAREJO DE CABALLERÍAS
El ganado caballar, mular y asnal cumplió diferentes cometidos como animales de montura, transporte y tiro. Ello generó la utilización de diversos aparejos, unos para dominarlos y dirigirlos, otros para llevar a lomos o arrastrar los objetos más diversos.
Entre los primeros, el más simple fue un ramal pasado alrededor del cuello, o un collar de cuero o trenzado, con el que permanecían sujetos en el establo. Existieron además la Cabezada* y el Bridón*. Para montura hubo diferentes modelos de “sillas”. Su estructura y forma varió según épocas, condición social e incluso el sexo de los usuarios. Un ejemplar del siglo XIV, procedente de Azagra, se conserva en el Museo de Navarra.
Aparejos para transporte a lomo: la Albarda*, el Albardón* y, sobre todo, el Baste*, sobre el que podían colocarse “ganchos” de madera en forma de “V”, utilizados principalmente para llevar haces de mies y leña, Artolas*, Anganetas*, Esportizos*, Serones* y Comportas*. Para tiro y arrastre: la collera* y el collerón*, los tirantes* y el yugo*, preferentemente cornal para el vacuno y yugular para las caballerías en la Navarra Media y la Ribera.
El “sillín”, de dos puentes y cuerpo con sendas almohadillas de lona, rellenas de lana y con zofra incorporada, fue usado en las labores de viña para soportar las varas del arado (Ribera y Navarra Media). De modo similar, la caballería enganchada en las varas de un carro aguantaba el peso por medio de un “sillón” puesto sobre el lomo, con armadura de madera y cuerpo de lona relleno de lana, sujeto al cuerpo con la barraquera (correa larga y fuerte) y retranca (correa de freno por detrás de la grupa). Sobre el sillón iba la zafra o zofra, de cuero guarnecido, en cuyos extremos apoyaban las varas del carro.
Existieron otros accesorios, según los trabajos que se debían realizar: las “bridas” o tiraderas, de cuerda o cuero, sujetas al bridón para conducir al animal, sobre todo al labrar las viñas; los bozos, de cuerda, cuero o cadenetas radiales, sujetos al bridón para evitar que los animales mordieran los panificados, los sarmientos verdes o la hortaliza (También los ponían a los perros durante la vendimia o en casos de epidemias rábicas); las “quilmas”, costales o sacos, de arpillera o cuero, donde ponían la comida para las hostias (paja y “pienso”); las mantas de lana, recubiertas de lona y sujetas al pecho y grupa, utilizadas principalmente durante la labra para evitar que los animales trasudados se enfriaran; el látigo, tralla o fusta, con vara de olivo, fresno u otro material y azote de trenzado de piel de vaca u otra más liviana, imprescindible para carreteros Y arrieros.