ADOÁIN, ESTEBAN DE
ADOÁIN, Esteban de
(Adoáin, 1808-Sanlúcar de Barrameda, 1880). Francisco Imarquello Zabalza. Religioso navarro cuyo proceso de beatificación comenzó en 1924. Se dedicó a las tareas de la labranza y del pastoreo hasta los 19 años. En 1827 se trasladó a Aspurz. En 1828, marchó a Pamplona e ingresó en el convento de capuchinos extramuros.
Realizó los estudios eclesiásticos en Pamplona y Peralta. Se ordenó sacerdote en 1832 y cuatro años más tarde la legislación desamortizadora le obligó a abandonar el convento. Pasó con sus hermanos de religión al territorio carlista de Vera y a la casa de Bértiz. En 1839, derrotado el pretendiente Carlos, abandonó Bértiz con los demás y pasó a Italia, donde aprendió el italiano, su cuarta lengua (con el vascuence, el castellano y el latín).
A instancias de las autoridades eclesiásticas romanas, marchó a misión con otros capuchinos en 1842, después de haber suscrito él y otros veintinueve religiosos de la orden un contrato con el cónsul venezolano en Marsella, en virtud del cual el Gobierno de esta nación se comprometía a mantenerlos económicamente a cambio de que se dedicasen durante diez años a educar a los indios apure. Sin hacer vida de comunidad dirigió la construcción de tres pueblos. Dictó normas para protegerlos de los comerciantes blancos. Estos, los anticlericales caraqueños, no cesaron de enfrentarse a él y terminaron por conseguir que el Gobierno invitara a los capuchinos a abandonar las misiones.
Entre 1846 y 1847, Adoáin se alojó en Ustaritz, cerca de la frontera española. En 1847 regresó a Venezuela, para dedicarse ahora a la parroquia de Macaray. Nuevamente las luchas políticas de aquel país, en las que nunca tomó parte, le forzaron a dejarla en 1850, pasando a Cuba. Aquí, Adoáin impulsó la reconstitución de la orden, disuelta tras la desamortización en España.
En 1856 marchó a Guatemala, por el deseo de hacer vida conventual, puesto que allí la hacían ya algunos capuchinos, navarros y catalanes principalmente. En Guatemala -con incursiones apostólicas por El Salvador-, permaneció hasta 1872, en que el Gobierno lo declaró persona non grata, por presunto antiliberalismo militante. Los 39 capuchinos que allí había se solidarizaron con él y pasaron a California y a Francia.
En 1872, estando Adoáin en Pamplona, estalló la guerra carlista. Replanteó la posibilidad de reabrir el convento de Pamplona y algún otro de Navarra sin conseguirlo.
En 1877 el Gobierno español le autorizó a regresar y, con otros capuchinos, restauró el convento de Antequera. Fue nombrado Vicecomisario general de los capuchinos coincidiendo con la reapertura del convento de Pamplona. De regreso en Andalucía, murió de fiebre amarilla en la primavera de 1880, en el convento de Sanlúcar.
Bibliografía
Teófilo de Arbeiza, Esteban de Adoáin, Pamplona s.a.. “Temas de Cultura popular”, núm. 50; Lázaro Iriarte, Esteban de Adoáin (Pamplona, 1980). Gumersindo de Estella, El padre Esteban de Adoáin: sucesos extraordinarios de su vida (Pamplona, 1926).