ZABALZA
Lugar del valle de Ibargoiti, Merindad de Sangüesa. Realizada la concentración parcelaria (1975): 127 Ha, 11 propietarios, 177 parcelas antes y 30 después. Recibe también la denominación de Ibarzabalza.
Antigua villa de señorío nobiliario, dada (1087) por su titular Sancha Oriol a la abadía de Leire, junto con el contiguo “monasterio” de Santa María (de Elizaberría). La donación incluía también la iglesia local, documentada ya antes (1084) con la advocación de San Andrés.
En 1847 el nombramiento del vicario de la parroquia aún se hacía por presentación de los vecinos.
Arte
La iglesia parroquial de San Andrés es un edificio de origen medieval construido en piedra que posteriormente (siglos XVI-XVII) fue objeto de profundas transformaciones que lo acomodaron al gusto de la época. Consta de nave única con cabecera cuadrada y sacristía adosada a la capilla mayor por el lado del evangelio. A los pies se yergue la torre que es de planta cuadrada y posee un cuerpo de ventanas. El ingreso tiene lugar por el muro del lado de la epístola a través de una sencilla puerta de arco de medio punto a la que protege un pórtico. Se cubre con techumbre plana salvo la sacristía que recibe bóveda de crucería estrellada sobre ménsulas, según modelos del siglo XVI avanzado.
El retablo mayor es una obra de estilo romanista (primer tercio del siglo XVII) en madera policromada, que sigue las directrices del taller de Sangüesa-Lumbier tanto en la traza, como en la imaginería. Consta de banco, cuerpo único de tres calles y parte del ático, al haberse perdido la hornacina central así como el Crucificado que la ocupaba primitivamente. En el banco se representan en relieve las escenas del Prendimiento y del Camino del Calvario, colaterales del sagrario que llena la calle central, de la misma época, decorado con los relieves del Salvador Eucarístico, San Pedro y San Pablo. En el cuerpo se identifican dos pasajes del martirio del apóstol San Andrés cuya imagen titular, en posición sedente, ocupa la calle central. En el ático o coronamiento se mantienen en pie dos figuras de María y Juan Evangelista que en su origen acompañaban a Cristo en la cruz.