UNIÓN GENERAL DE TRABAJADORES
UNIÓN GENERAL DE TRABAJADORES
Aún cuando en la época de la dictadura hubo algún intento de resucitar a la UGT de Navarra, hay que llegar hasta 1974 para hablar propiamente del resurgir del sindicato socialista. En mayo de 1974 se celebró en Tudela un cursillo en el que se refundaron tanto el PSOE como la UGT. En dicho cursillo estuvieron presentes dirigentes socialistas tales como Gregorio Peces Barba, Alfonso Guerra, Txiki Benegas o Enrique Múgica; por parte de Navarra acudieron, entre otros, Paco Álava (por Tudela), Jesús Echeverría (por Estella) y Gabriel Urralburu (por Pamplona).
Allá se hizo responsable de la organización de la UGT Julián Rezola, un antiguo militante del PCE que hacía diez años había abandonado su residencia de Logroño para exiliarse en París, donde dejó su antiguo partido y se afilió al PSOE.
En abril de 1976, se celebró en el restaurante Biarritz de Cuatro Vientos, en Madrid, el XXX Congreso de la UGT. Fue el primer Congreso al que acudió la nueva UGT navarra.
En cuanto a la actividad oficial de Navarra, el 29 de mayo de 1977 (recién legalizado el sindicato) se celebró en el Verbo Divino, de Cizur, la primera Asamblea Provincial (sin carácter de Congreso), en la que salió elegido secretario provincial José Antonio Carpintero (con 220 votos frente a 130 que logró Julián Rezola). La tónica que marcó aquella asamblea provincial fue la alianza de militantes de Liga Comunista Revolucionaria (LCR o LKI) y del grupo troskista Nuevo Claridad, quedando en la oposición los militantes del PSOE y los independientes sin ideología definida.
El 11 y 12 de marzo de 1978 se celebró un Congreso Provincial en la Casa del Pueblo de Pamplona (calle Isaac Albéniz, 8 y 10). Fue un Congreso tenso en el que fue rechazada la gestión de la Ejecutiva anterior y se eligió un nuevo secretario general, Julián Rezola. En aquella ocasión, el número de mandatos representados (de afiliados) era de 8.140, de los que 531 eran de Alsasua, 271 de Castejón, 395 de Corella, 240 de Cortes, 270 de Estella, 166 de Olazagutía, 87 de Puente la Reina, 820 de Tudela y los 5.380 restantes de Pamplona y su comarca.
Los problemas internos entre las distintas tendencias políticas existentes en la UGT salieron a la luz de nuevo el 13 de mayo del mismo año, en la asamblea que se celebró en Tudela para elegir los delegados al XXXI Congreso Confederal del sindicato. La delegación de Pamplona y su comarca fue excluida de la Asamblea debido a los graves incidentes ocurridos en el transcurso de la asamblea local para elegir a los delegados.
Entre el 30 de septiembre y el 1 de octubre de 1978 se celebró en la citada Casa del Pueblo de Pamplona el denominado I Congreso de UGT de Navarra. Estaban representados 10.196 mandatos correspondientes a las agrupaciones de Alsasua, Azagra, Cascante, Castejón, Estella, Fitero, Lacunza, Olazagutía, Pamplona, Tafalla y Tudela. De allí salió elegido un nuevo secretario general, Adriano Santalla.
Fue una época de crisis interna, de polémica, de confirmación de la mayoría representada en la tendencia socialista, que llevó a una serie de expulsiones, entre las que se encontraba la del ex-secretario general, José Antonio Carpintero, y otros ex-miembros de la ejecutiva provincial. La tarea de “limpieza” culminaría con la entrada en la Ejecutiva, en junio de 1979, de Guillermo Fernández, sindicalista liberado que llegó de Bilbao para sumar sus esfuerzos a los de la Ejecutiva navarra. Los expulsados en total fueron una docena, número suficiente para que se marchasen de forma directa unas 100 personas y, de forma indirecta, unas 200 ó 300 más. Esto supuso un debilitamiento general del sindicato.
El 21 de junio de 1980, se celebró un Congreso extraordinario en Tudela, debido a que Adriano Santalla había dejado la secretaría general de la UGT, lo que había provocado una crisis en la propia Ejecutiva. Al Congreso acudieron delegados de Alsasua, Castejón, Corella, Cortes, Estella, Lodosa, Pamplona, San Adrián, Tudela y Viana, con un total de 6.473 mandatos. Fue elegido secretario general Guillermo Fernández.
Unos meses después, en septiembre, la sede de UGT en Pamplona (calle Isaac Albéniz) sufrió un atentado terrorista, así como (el mismo día y aproximadamente media hora más tarde) la sede del PCE, en la calle Comedias. Coincidió con un momento de efervescencia en la preparación de las primeras elecciones sindicales que se iban a celebrar de acuerdo con el Estatuto de los Trabajadores. La bomba lanzada contra la Casa del Pueblo destruyó el archivo que contenía más de 8.000 fichas de afiliados.
Los problemas internos de UGT, sin embargo, no habían terminado. Debido a la crisis existente en el seno del sindicato, Guillermo Fernández dimitió a finales de abril de 1983. El 19 de octubre del mismo año se celebró en el Gabinete de Seguridad e Higiene del Polígono de Landaben de Pamplona el 11 Congreso de UGT de Navarra, del que saldría elegido secretario general Miguel Ángel Ancízar, quien había de conseguir el afianzamiento y relanzamiento del sindicato hasta convertirlo, sin ninguna duda, en la primera fuerza sindical de Navarra. En el III Congreso, celebrado en Berriozar el año 1986, Miguel Ángel Ancízar habría de ser reelegido.
El termómetro que puede marcar el índice de aceptación del sindicato entre la clase trabajadora se encuentra en las elecciones sindicales. En las primeras de 1978 quedó en tercer lugar, después de CCOO y SU. Pero a partir de las de 1981 su ascenso fue evidente hasta el punto de que se situó como primera fuerza sindical en Navarra, lugar que, aparte de no abandonarlo desde entonces, ha ido afianzando hasta conseguir ir distanciándose progresivamente del resto de los sindicatos.