TORÓN GOYANES, SATURIO
TORÓN GOYANES, Saturio
Torero navarro, nació en Tafalla el 23 de enero 1903. Como muchos mozos de su región participó en capeas lugareñas, mostrando especial habilidad con rehiletes, manejando capote y muleta. El 22 de agosto 1926 debutó de novillero en el coso taurino zaragozano, con ganado navarro de Cándido Díaz, fracasó, renunció a la categoría y se enroló en cuadrillas como peón de brega. En 1929, tras una faena afortunada en Madrid actuó el 25 de agosto de novillero, con éxito y corte de oreja. Repitió las actuaciones, sobresaliendo por su valor y arrojo.
Con solo ocho meses de rodaje por plazas españolas, se decidió por la alternativa de matador de toros en Pamplona, el 8 de julio 1930, con reses de Concha y Sierra despertándose una gran expectación.
Su segundo toro le atropelló y lo lanzó contra la barrera, el tafallés pasó de la enfermería al hotel Quintana escoltado por incontables mozos entre aclamaciones continuas.
El devenir aclaró el futuro, Torón perdió la “corrida de prueba” del día 9, donde pudo exhibirse con cinco ases de la torería. Durante aquel año sumó únicamente seis actuaciones en los ruedos en su nueva categoría. En su temporada mejicana tuvo actuaciones medianas, corridas remarcables sólo por su pundonor y mérito a la exposición. El año 1931 resultaría decisivo y el 12 de abril se doctoró en Madrid con “Caraquero”, de la ganadería de Bernaldo de Quirós, cediéndole los trastos de matar Fausto Barajas. Le escrituraron para el 7 de julio en Pamplona, emparejado con Barrera y Bienvenida, con reses de Concha y Sierra, también lidiaría un toro el día 9. El día de San Fermín de 1931, el público se volcó a su favor, respondió el tafallés dando cuanto tenía, jugándose la vida; sus pases enardecieron, aunque no eran estilistas y triunfó con el toro “Bético”, de Manuel Blanco quinto de la prueba, cercenándole merecidamente la oreja. Se le presentaba una temporada brillante, con unas cuarenta corridas contratadas, pero el 25 de julio fue corneado en Tudela. Tardó en curar meses y reapareció con éxito en Barcelona, aunque solamente contabilizó durante ese año once actuaciones en España. Pasó a Venezuela, toreó en Caracas y en 1932, de vuelta a la España, se vistió de luces en nueve ocasiones, sin apenas interesar a la afición por su arte deficiente. Sólo toreó dos corridas en 1933, por lo que renunció a la categoría de matador de toros y se hizo subalterno de Manuel Jiménez (Bienvenida). Despedido por éste, siguió los ruedos vestido de plata, hasta cortarse la coleta en Zaragoza, el 29 de septiembre 1935. Al estallar la guerra civil se alistó en las milicias republicanas. Murió en el frente de Somosierra por consecuencia de una granada, el 1 de enero 1937.
Bibliografía
Periódicos de Pamplona. “El Pensamiento Navarro”. “Diario de Navarra”, números meses julio 1930 y 1931. “Diario de Navarra” n.° 18.811. Cossío, Los Toros, T. III, p. 943-944. T. VI p. 521. Marqués de la Cadena, Don Indalecio. La Tauromaquia en el siglo XX, p. 132. Datos personales.