TOMATE
Fam. Solanáceas. La tomatera es una hierba anual, de porte rastrero, con pequeñas flores amarillas. Su cultivo extensivo e intensivo se lleva a cabo en la mitad sur de Navarra. Sus frutos tienen gran interés alimenticio. El tomate es una baya redonda u ovalada de color rojo vivo y superficie lisa que encierra numerosas semillas discoides amarillas. Las diversas variedades son directamente utilizadas en la alimentación, ya para ser consumidas en fresco o sometidas a diversos procesos de conservación. Como la mayoría de las solanáceas es planta de suelos fértiles, por lo que requiere un adecuado abonado orgánico. No soporta las heladas persistentes. Su origen está en el área mejicano-peruana, donde ya la cultivaban los pueblos indígenas.
Las hojas, a veces con tallos, son bastante utilizadas en la medicina popular en toda Navarra pero preferentemente en la Ribera. Su principal aplicación es en el tratamiento del reuma; suele prepararse una infusión de la que se toman dos o tres tazas diariamente durante nueve días, “novena”. La infusión o cocimiento de las hojas se emplean también para aliviar los dolores de cabeza (Pamplona), en el tratamiento de varices (Legaria), como tranquilizante, diurético, para “limpiar el riñón” (Azagra), eliminar el ácido úrico y “adelgazar la sangre”, es decir como depurativo (Sangüesa y Goizueta); en esta última localidad recomiendan aplicarlo bajo control, mediante análisis de sangre “pues causa anemia y otras cosas y te puedes ir en dos días”. Los frutos maduros se aplican, en cataplasma, para curar granos y otras afecciones de la piel (Fitero). Las hojas contienen el alcaloide tomatina, al que se le atribuye acción antiinflamatoria, lo que justificaría su empleo como antirreumático y su toxicidad.
Es una hortaliza típica de la agricultura navarra. Su producción oscilaba entre de 75.000 y 82.000 toneladas al año. En 1987 se cultivaba en 2.073 Ha, todas ellas de regadío. El cultivo de tomate en Navarra, aumentó su superficie entre 1966 y 1972 pasando de 2.640 a 3.410 Ha y descendió su extensión a lo largo del período 1975-1982, hasta 1.977 Ha.
El rendimiento por hectárea oscila entre 40.000 y 43.820 kg. La producción de tomate representaba el 27 por ciento del total de la producción de hortalizas de Navarra, y suponía el 3,66 por ciento de la producción nacional de tomate.
El valor de la cosecha de tomate supuso en 1981 más de 585 millones de pesetas, lo que representaba el 6,9 por ciento del valor de la hortaliza producida en Navarra.
Los municipios con mayor producción de tomate en Navarra en esa fecha eran: Funes (5.800 Tm); Caparroso (5.200); Ribaforada (4.880); Falces (4.240); Lerín (3.950); Berbinzana (3.600); Azagra (3.200); Cadreita (2.800); Marcilla (2.400); Peralta (2.500) y Villafranca (2.300).
Los cultivos de tomate de la zona media y montaña de Navarra, son de menor importancia, se realizan en huertos familiares y generalmente son de autoconsumo.
Es cultivo de verano que aguanta muy bien las altas temperaturas y poco las bajas. Las exigencias de temperaturas varían según el estado vegetativo de la planta, su óptimo desarrollo se da con 18-20° C en el día y 15° C en la noche; en floración 22-25° C y 13-17° C respectivamente. Con temperaturas inferiores a 10-12° C se frena el crecimiento y con superiores a 35° C no fructifica ni madura bien el fruto. La germinación en semillero se da mejor con temperaturas entre los 20-30° C y por debajo de éstas se producen grandes bajones en la germinación.
En cuanto a la humedad relativa es aconsejable que oscile entre 50-60%, fuera de esta humedad se producen alteraciones tales como deshidrataciones o enfermedades criptogámicas. Se adapta a cualquier terreno y las exigencias en agua son elevadas, a excepción de en la floración, en el resto del cultivo es preferible que no falte tempero.
Las variedades de tomate pueden formar dos grupos diferenciados morfológicamente que tienen aptitud y por tanto aplicación cultural distinta. Son las variedades enanas o de mata baja y las altas o de enrame para producción de tomate fresco.
En el caso de Navarra el 80% del tomate que se cultiva es para pelado, cada vez con más aceptación por parte de los agricultores por el sobreprecio que se le ha dado con la entrada en la CEE.