TOLOÑO, CASTILLO DE
TOLOÑO, Castillo de
Perteneciente a la corona de Navarra, estuvo situado en época medieval no lejos de Labastida, a corta distancia de las ruinas del santuario de Nuestra Señora de Toloño, “en lo más elevado de un risco que remata en figura cónica”. Su construcción se atribuye a Íñigo Arista, en el siglo IX.
En 1280 era alcaide del castillo Lope García. Por entonces se hizo una cisterna nueva, una bodega, un palacio de nueva fábrica “todo aderredor de la peynna”, que costó 53 libras, y 4 casas o cámaras residenciales, que costaron 95. Para las obras hubo que derribar una peña que estorbaba, a destajo.
Más tarde, entre los años 1290 y 1308, aparece como alcaide el caballero Juan Ortiz de San Millán, con 20 libras y 100 cahíces de retenencia. Le sucedió Lope Roiz de San Vicente, que seguía en el puesto en 1321, con una asignación de 16 libras y 80 cahíces. En 1334 se nombró a Juan Díaz de San Vicente.
Carlos II confió la guarda en 1351 a Juan García de Otazu, escudero, con 8 libras y 40 cahíces anuales. Seis años después, el infante Luis la traspasó a Gómez González. Entre 1368 y 1370 aparece como alcaide en los comptos Juan Fernández de Tovera. En 1375 había entrado ya en su lugar Ferrán López de Dávalos, que en 1383 llevó a cabo obras, supervisadas por el mazonero Juan García de Laguardia. Le sucedió en 1402 Sancho López de Dávalos, que estuvo hasta 1423. Ese año, Carlos III nombró en su lugar a Sancho Díaz de Dávalos, que perdió el castillo frente a los castellanos, en la guerra de 1430. A raíz de este suceso, permaneció algún tiempo en poder del rey Juan II de Castilla.
Restituido de nuevo a la corona de Navarra, la reina Blanca y Juan de Aragón nombraron alcaide, en 1436, a Juan Gómez de San Vicente, con 8 libras y 30 cahíces de retenencia. En 1441 lo tenía a su cargo Gil de Zuasti y al año siguiente, Pedro de Frango. En 1445 el Príncipe mandó que se le dieran 15 florines por ciertas obras que llevó a cabo. Dos años después, un carpintero de San Vicente rehizo las puertas del castillo por algo más de 8 libras. A partir de 1446 vuelve a aparecer en los recibos de la retenencia Juan Gómez de San Vicente.
En 1461 el castillo cayó definitivamente en poder de los castellanos, junto con otras plazas y fortalezas de la comarca, que posteriormente pasarían a integrarse en las hermandades de Álava.