TIEBAS
Categoría histórica: Villa.
Categoría administrativa: Concejo del Municipio de Tiebas-Muruarte de Reta.
Partido Judicial: Pamplona.
Merindad: Pamplona.
Comarca: Cuenca de Pamplona.
Población (1986): 328 habitantes de hecho y 338 de derecho
Superficie: 10,87 km2
Altitud: 588 m.
Distancia a Pamplona: 14 km.
Comunicaciones: Carretera local que enlaza a menos de 1 km con la general N-121, Pamplona-Tudela.
Geografía
Realizada la concentración parcelaria (1980): 515 Ha, 51 propietarios, 782 parcelas antes y 149 después. Comunes, 529 Ha (46 de secano, 57 de pastos, 60 de monte maderable). Cooperativa agrícola-Caja rural funda el 23.10.1947.
Situado al pie de la sierra de Aláiz. El término confina al N con Beriáin y y Oriz, al E con Guerendiáin, al S con Campanas y al O con Olaz y Biurrun.
Era villa de señorío realengo, a la que el rey Teobaldo II concedió en enero de 1264 el fuero de francos de Estella. Ese mismo año, las heredades que poseía en la villa Santa María de Roncesvalles fueron permutadas al rey por las que éste poseía en Badostáin. En 1280 pagaba un tributo en trigo a la Corona. La reina Juana, desarrollando la concesión foral de Teobaldo II, autorizó (1283) en la villa un mercado semanal cada lunes.
Los vecinos renunciaron (1376) al derecho de patronato de su iglesia a favor de Carlos II, quien tras el saqueo sufrido por la villa a manos de los castellanos (1378), les perdonó parte de las rentas que le debían. Su castillo, construido por el rey Teobaldo I, que había sido sede del archivo de la Cámara de Comptos con Felipe I el Hermoso, fue quemado y destruido. Parte de sus rentas fueron cedidas (1416) por Carlos III a la iglesia del Carmen de Pamplona para unos sufragios. Más tarde (1445), Juan II las asignó a Juan de Beaumont. Su población, de la que no aparecen datos en 1366, ascendía a 31 fuegos en 1427, aumentaron a 38 en 1553 y se redujeron a 33 en 1646. De 245 habitantes en 1786 pasó a 276 en 1857. Su iglesia parroquial está dedicada a Santa Eufemia.
La implantación topográfica de la villa en la ladera de la sierra y sobre todo la del castillo en un dominante altozano, parece responder desde su origen a una necesidad estratégica o de control de caminos. Asimismo el lugar supone un punto importante en la ruta que atravesando el Carrascal enlaza la Ribera con el norte de la provincia.
No existen datos explícitos sobre Tiebas anteriores a la venida a Navarra de los monarcas de la casa de Champaña (1234), atribuyéndose tradicionalmente a Teobaldo I la construcción del castillo de la villa. Es sin embargo bajo el reinado de Teobaldo II cuando se tienen claras noticias de su existencia, ya que en 1259 el rey tenía allí un alcaide en esos mismos años existen además constancia de algunas visitas ilustres tales como la de la abadesa de Marcilla hija de Sancho VII el Fuerte que estuvo tres días en el castillo, o la visita que el conde de Lorena, cuñado del rey Teobaldo II, realizó al año siguiente.
Ya en 1263 el prior Lope de Roncesvalles cambió con el senescal De Launay las heredades que el Hospital tenía en Tiebas por las tierras que el rey tenía en Badostáin, permuta encaminada a incrementar el patrimonio real en los alrededores del castillo y ya al año siguiente Teobaldo II concedió a los pobladores de Tiebas los fueros que disfrutaban los francos de la rúa de San Martín de Estella. Conformada así como núcleo de hombres libres, formó parte de diversas hermandades a finales del siglo XIII y principios del XIV junto a otras buenas villas del reino y sus representantes tuvieron asiento en Cortes.
Teobaldo II es el primer rey que en algún momento de su reinado tuvo su sede o residencia temporal en Tiebas, concretamente en su 4ª, 5ª y 6ª estancia en Navarra en los años 1264, 1266 y 1269 respectivamente sin embargo seguramente pernoctó en el lugar con mayor frecuencia de la que aparece en los diplomas reales. En 1266 el castillo era una de las sedes fijas del tesoro, siendo el tesorero Creste, que tiene la guarnición del castillo como una función más dentro de su competencia de chambelán.
Enrique I, en sus tres estancias en Navarra (1271, 1272 y 1274) también tuvo en algún momento su sede esporádica en Tiebas, sin embargo ambos soberanos siempre prefirieron otras sedes para vivir (Tudela, Estella, Pamplona y Olite); a pesar de estas ausencias o más bien falta de presencia regia en el lugar, existía en el castillo una modesta infraestructura cortesana agrupada en torno al senescal.
El último monarca que en algún momento habitó el castillo de Tiebas fue Carlos II del que se tienen noticias de su estancia en el lugar en su primer y segundo itinerario por Navarra (años 1371 y 1372 respectivamente); a partir de este momento el castillo atraviesa diversas vicisitudes, siendo la primera de ellas el incendio que sufrió a manos de Pedro Manrique en 1378 en el conflicto que mantuvo Carlos II con Castilla.
Bajo el reinado de Juana I y Felipe, el gobernador Clemente de Launay concede a la villa de Tiebas un mercado semejante al de Estella que se desarrollara todos los lunes (1283).
Tradicionalmente ha sido admitido que el castillo de Tiebas sirvió como depósito del archivo de la Cámara de Comptos y a la vez de Archivo Real, dato difícil de asegurar ya que según opina J. M.ª Lacarra este archivo no debió ser único y central pues gran parte de lo que se sabe pudo contener en la fecha en que fue incendiado, ha llegado hasta nuestros días.
A veces los castillos pasan por venta o donación real a manos de distintos linajes aristocráticos. Así, una vez reconstruido el castillo de Tiebas, Juan II lo donó junto con todas las pechas de la villa a Juan de Beaumont, siendo escasas las noticias sobre el uso que hizo del mismo, pero sí se tiene constancia que en el año 1451 el Príncipe de Viana cenó y pernoctó algunas veces en el lugar; ya en 1494, en los años en que todavía estaba en poder de Luis de Beaumont, segundo conde de Lerín, el castillo volvió a ser sitiado y atacado por parte de los agramonteses partidarios de Juan de Albret.
Tras la incorporación del reino a la corona de Castilla, al igual que otras muchas fortificaciones, debió sufrir nuevos destrozos y años más tarde (1521), en un intento de recuperar el trono navarro por parte de Enrique II, sucesor de Juan de Albret, las tropas francesas a las órdenes de Asparron se acantonaron junto a Tiebas sufriendo una nueva derrota por parte de los castellanos.
Aun en el siglo pasado el pueblo o castillo fueron testigos de nuevas escaramuzas militares, ya que de 1809 a 1812 los franceses establecieron una guarnición o puesto de vigilancia en Tiebas con el fin de controlar el camino a su paso por la zona, librándose allí diversas guerrillas y golpes de mano entre los franceses y los guerrilleros de Espoz y Mina en diversas ocasiones. Concretamente se tienen noticias de estas escaramuzas en los años 1810, 1811, 1812 y 1813.
Perteneció administrativamente al valle de Elorz hasta las reformas municipales de 1835-1845; aunque mucho antes de esta fecha ya consta que era villa separada dentro del valle y que por eso la gobernaban el alcalde y los regidores que la propia villa elegía entre sus vecinos. Tras las citadas reformas, quedó Tiebas como ayuntamiento enteramente independiente. En 1849 lo componían un conjunto de 36 casas que formaban dos calles, “espaciosas, pero mal empedradas”, con “una plaza para juego de pelota”; tenía a la sazón escuela, dotada con dos mil reales al año; el párroco era de provisión de los vecinos (no se habla ya del beneficiado que también servía la iglesia al terminar el s. XVIII); contaba la villa con un soto de fresnos, dos dehesas y canteras de cal; pasaba por su término “la calzada que desde Monreal conduce a Puente la Reina, en buen estado”, y el correo llegaba de Pamplona. En la segunda mitad del XIX se establecieron en su término las bodegas de la Sociedad Mercantil Vinícola, que fue uno de los gérmenes del desarrollo de Campanas -las hasta entonces ventas de Campanas- como pueblo de hecho autónomo; aunque también influyó sin duda la carretera y el ferrocarril.
Castillo
Sobre una colina inmediata al pueblo, subsisten todavía las ruinas de la antigua fortaleza medieval que lo defendía. Lo construyó Teobaldo I a mediados del siglo XIII, y en algún tiempo hizo el papel de prisión del estado. En 1280 estaba a cargo de Juan Sánchez de Monteagudo; por entonces, había encerrados 26 presos, posiblemente desde la rebelión de la Navarrería.
En los primeros años del siglo XIV era alcaide de la fortaleza Pedro de Maugrinón o Malgreñón, que percibía una retenencia de 100 sueldos y 25 cahíces. Hizo recubrir los graneros, establos y cámaras del rey, y reparar la fuente del palacio en 1306. Le sucedió García Miguel de Echarren en 1309, el cual hizo reparar las garitas o torrelas, que amenazaban ruina, en 1319. Dos años después, retejó las cámaras, arregló las paredes del granero, la sala del palacio y los pabellones. Seguía en su puesto hacia 1330.
Durante el reinado de Carlos II, en 1356, tenía el alcaidío Juan de Monreal; por este tiempo se le pagaba un suplemento de 50 sueldos, para luminería de la capilla. En 1364, el rey confió la guarda del castillo a Salamón de Polbroc o Ponbrot, que tenía como guarda a Lope de Muru, y a partir de 1371 llevó a cabo importantes obras de reparación y acondicionamiento. En la incursión castellana de 1378, el castillo fue “desbaratado e perdido”, e incendiado por los enemigos. En los primeros años del siglo XV no se había reedificado todavía. Las cuentas de 1405 dicen escuetamente: “fue quemado et perdido al tiempo de la guerra”.
En 1445, Juan II dio el castillo y pechas de Tiebas a Juan de Beaúmont, gran prior de San Juan en Navarra y hombre de confianza del Príncipe de Viana. Posiblemente se construyó la fábrica por este tiempo. De hecho, en 1450 se nombró nuevamente alcaide a Sancho de Erviti, escudero. Más tarde, entre 1460 y 1465, estuvo a cargo de Remón de Gárriz. Hacia 1490 lo tenía mosén Arnaut de Ozta, pasando después a Martín de Beaumont. En 1494, la guarnición beaumontesa fue sitiada con artillería por las tropas de Juan de Labrit, que lograron hacerse con la fortaleza. En 1499 dio el rey a Arnaut de Ozta 20 cahizadas de tierra anejas al castillo y pertenecientes al real patrimonio.
En los últimos años del reinado de Juan de Labrit consta como alcaide mosén Beltrán de Lescún, copero real. A raíz de la conquista del Reino por Fernando el Católico, volvió a los Beaumont. Una relación de los castillos de Navarra, conservada en Simancas, dice del de Tiebas: “… es fortaleza llana y fue en otro tiempo Cámara de Comptos. Aportilláronla los franceses quando vinieron sobre Pamplona. Hála tornado a reparar Martín de Veamonte, diziendo que le pertenesce”.
A principios del siglo XIX, según un antiguo plano que se conserva, todavía se mantenía el castillo casi en su integridad, conservando incluso varios de sus antiguos garitones rematados en chapiteles puntiagudos emplomados. Tenía un patio de armas central y dos cuerpos o alas residenciales a ambos lados, con sus cámaras y chimeneas de estilo gótico. Los muros eran recios, con contrafuertes, y disponía de una muralla exterior de circunvalación. En la actualidad quedan algunos murallones arruinados, arranques de bóvedas con nervadura gótica, mutiladas y una bóveda subterránea de piedra.
Arte
La iglesia de Santa Eufemia es gótica con cabecera poligonal cubierta con bóveda de medio cañón. Son notables los antepechos del púlpito y del coro con esculturas del siglo XIV. Un atrio precede a la portada, de arco apuntado y abocinado con cuatro arquivoltas. Conserva dos imágenes de Nuestra Señora, una románica, policromada, del grupo de las frontales que llevan al Niño en su rodilla derecha. La otra talla, asimismo popular, es de principios del XVI y policromía muy posterior. Obedece a un tipo medieval muy difundido de nave única rectangular con capillas a la altura del crucero de poca profundidad a las que se accede a través de un arco apuntado sobre impostas lisas. La cubierta de la nave es sencilla, de medio cañón apuntado, articulada por arcos fajones de sección rectangular que descansan en capitel con un fragmento de columna.
La capilla mayor adquiere más complejidad al adecuarse los nervios al pentágono del ábside. La clave en que se unen los nervios, a modo de testigo del patronazgo regio, ostenta el escudo del rey Teobaldo. En el interior del edificio pueden reseñarse además las ventanas de la cabecera y los pies correspondientes a un primer gótico con parteluz y arcos trilobulados enmarcados por un arco ojival.
Al exterior una torre prismática elevada a los pies de la nave sigue modelos medievales. Sin embargo el atrio, edificado en siglos posteriores (s. XVII) con arcos de medio punto, denota una sobriedad herreriana. La portada de arco apuntado, organiza un abocinamiento a base de arquivoltas sobre baquetoncillos, resultando más compleja que otras edificadas en el mismo momento. Cercanas se alzan las ermitas de Santa Catalina y Santa María, de las que sólo quedan unas ruinas.
Esparcimiento
Las fiestas patronales en honor de Santa Eufemia se celebran el 16 de septiembre.