SOPA
SOPA
Pedazo de pan empapado en un líquido (stricto sensu). A partir de esta simplicidad se ha convertido en uno de los platos más variados del mundo; se cuentan hasta 300 recetas diferentes. Consumida desde tiempos remotos, pueden señalarse, para Navarra, algunas variedades con personalidad específica.
Deben distinguirse entre dulces y saladas. En las primeras destaca la sopacana* considerada una de las máximas creaciones de la gastronomía navarra; próxima a ella, la sopa de almendras, de idéntica factura a la anterior; en vez de pan, se le unen almendras molidas. La sopa dulce* que se toma el día de Navidad en la Ribera navarra y la tafallesa sopa del Niño*, consumida en las mismas fechas, completan este apartado. En el valle de Elorz, se hacen las sopas de requesón. Dentro de las propias de entrada, destaca la Baztán-zopa*, habitual en la cena de víspera de fiestas, de este valle cabe señalar igualmente las sopas y cremas de espárrago, de habas, la de cardo, la zurruputún, sopa de vigilia con bacalao, de Aoiz; las arguedanas sopas secas con rabo de cuto al horno, las sopas secas de Mañeru con huevos escalfados, la de caracoles, la de chungur, la de cangrejos, la de higadicos de pollo con arroz, propia de la Cuenca de Pamplona y parecida a la sopa de cuezas tudelana, hecha con higadicos de liebre y conejo de campo, y la de paloma torcaz de Echalar y tierras de Bidasoa. Junto a ellas la Costrada navarra, hecha a base de rodajas de chorizo frito y pan tostado, con puré de zanahoria, cebolla y huevos escalfados, horneada; la sopa Estellesa y la sopa de la Ribera.
La sopa de especias sigue teniendo vigencia en muchas romerías, los cofrades de Ntra. Sra. del Socorro de Sangüesa la tomaban en un menú obligado durante más de tres siglos; se repartía, también en la penitencia de la Santísima Trinidad de Lumbier. En la Barranca y Burunda se consume la tripazopa, con pan y agua de hervir las tripotxas (morcilla de oveja). Finalmente, la fransaina*, especialidad aezcoana; a la sopa de cocido se le une vino tinto.