SAÚCO
Fam. Caprifoliáceas. Es un arbolillo caducifolio de hasta 8 m de altura. Suele quedar reducido hasta un porte arbustivo en los ambientes adversos. Presenta la copa redondeada y densamente ramificada. Las ramas se quiebran con facilidad y dejan al descubierto una abundante médula blanca. La corteza es pardo grisácea y arrugada. Las hojas son grandes y se disponen opuestas. Se componen de cinco a siete foliolos oval-lanceolados, y agudos en el ápice y de borde aserrado. Las flores se disponen en inflorescencias sorimbiformes densas. Cada flor consta de cinco pétalos blancos soldados en un anillo basal y cinco estambres que están soldados a la corola. El fruto es una drupa negra y brillante. El saúco es planta frecuente en los suelos profundos y frescos de cualquier naturaleza. En la montaña y Navarra Media es planta habitual, tanto en las proximidades de los ríos como en el borde de los caminos y cercanías de los asentamientos humanos. Una especie afín al saúco es el yezgo o saúco menor, Sambucus evulus. Es una planta vivaz de constitución herbácea que puede alcanzar excepcionalmente los 2 m de altura. Con porte reducido de no más de un metro, es frecuente encontrarlo en los ribazos y zanjas húmedas, choperas y setos de las huertas de toda Navarra. Al igual que el sauce presenta frutos negros y desprende un olor característico, denso y penetrante, que se juzga desagradable. El saúco rojo, Sambucus racemosa, es un arbolillo o un arbusto que no suele superar los 3,5 m de altura en los ejemplares que habitan en los bosques de la Montaña nevada. Su ubicación en los hayedos y abetales se centra en las pendientes acusadas y al pie de los cantiles. Soporta la sombra de los árboles que forman el bosque dominante. Aparece suelto o en rodales. Se caracteriza por su inflorescencia en paníncula y por sus frutos rojos, muy apetecidos por las aves.
Es una de las plantas más utilizadas en Navarra en medicina popular. Se emplea el cocimiento de las flores en agua o, más comúnmente, en leche para tratar (uso generalizado): gripe (Navarra húmeda del noroeste), estados febriles (Lumbier y Monreal) e infecciones pulmonares (Orbaiceta), y la infusión para aliviar los dolores de muelas (Burguete y Fitero) o como diurético (Azoleta). En Garralda recomiendan el cocimiento de las hojas para curar “el malestar”. Pero las aplicaciones más frecuentes son las de uso externo. Se utilizan hojas, flores y cortezas, en gargarismos o lociones con el cocimiento o infusión de las inflamaciones de garganta y ojos y dolores de muelas. La parte más empleada son las flores, que en forma de cataplasma, se aplican como antiinflamatorio en las “hinchazones” (Huici) y en las paperas (Paternáin) y, fritas en aceite, para aliviar el dolor de oídos y muelas y en las quemaduras (Monreal y Arive); de esta forma sirven también para “bajar la hinchazón” en las ubres de los animales (Najurrieta y Cemboráin). Para el tratamiento de los forónculos se recomienda en Urdax poner leche a calentar, añadir salvado y flores de saúco y aplicar la mezcla, todavía caliente, sobre ellos. En Sansoáin preparan una pomada con las flores, aceite, manteca, sal, vino pez y cera virgen, que emplean para “sacar pinchas” y en heridas infectadas. Pero la forma de aplicación más generalizada son los vahos o vapores, bien del cocimiento o, más comúnmente, de calentar las flores en un recipiente; además de en los casos indicados, se recomiendan para “abrir la nariz” y curar catarros (Arive y Peralta) y en inflamaciones de la boca e irritaciones de la piel (Navarra húmeda del noroeste). La parte interna de las ramas o segunda corteza se aplica triturada sobre heridas y quemaduras (Vera de Bidasoa), pero es más común preparar pomadas o ungüentos, rehogándola en aceite, a veces junto con ajos, y añadiendo cera virgen hasta adquirir la consistencia deseada; ambos se aplican, además de en quemaduras y heridas, en granos diversos, etc.
Los frutos se recomiendan como aperitivos y antiguamente se utilizaban para lavar la ropa negra. (Paternáin). Con los tallos de saúco, bendecidos el día de S. Juan, se hacían cruces, que expuestas en las ventanas, protegían la casa de los rayos (Lecumberri).
Las aplicaciones en las afecciones de vías respiratorias y como diurético, así como antiinflamatorio, en uso tópico, se justifican por sus propiedades.