SAN SEBASTIÁN
SAN SEBASTIÁN
Capital de la actual provincia de Guipúzcoa. Nació como núcleo urbano hacia 1180, por virtud de los privilegios que el monarca navarro Sancho VI el Sabio otorgó a los inmigrantes gascones asentados en el lugar, extendiendo a su favor el fuero de los “francos” de Estella más un caudal de preceptos recogidos probablemente del derecho consuetudinario vigente en los puertos de la costa aquitana. La inmediata conquista de Guipúzcoa por Alfonso VIII de Castilla (1199) malogró aquel proyecto de consolidación de una fachada marítima de Navarra, cuyos monarcas reivindicaron luego sin éxito la plaza. Sin embargo, ésta desempeñó ulteriormente funciones de nexo importante de las rutas que a través de la definitiva frontera política relacionaban con el Atlántico las actividades mercantiles navarras. Aunque no en los términos del documento falsificado a finales del siglo XII y atribuido a Sancho Garcés III el Mayor (1014), este rey pamplonés o alguno de sus sucesores hizo donación del monasterio de San Sebastián (“en los confines de Hernani, a orilla del mar”) a la abadía de Leire, a la cual favoreció también Pedro I (1101) con la contigua “pardina” de Oroztegui y sus “aguas” del Urumea. Los monjes legerenses, que disputaron luego con el prelado pamplonés por las “cuartas” episcopales de San Sebastián, Santa María y San Vicente, acabaron enajenando su distante enclave donostiarra (1235) a la abadía de Iranzu, la cual a su vez no tardó mucho en permutarlo (1271) al propio obispo de Pamplona.