SADA Y AMÉZQUETA, JUAN DE
SADA Y AMÉZQUETA, Juan de
(Pamplona, ? – ca. 1650). Estudió artes matemáticas y liberales, conoció las universidades de Salamanca y Roma, viajó, se ejercitó en las armas y gastó veinte años (1620-1640) en la instrucción primaria de niños en su ciudad nata Participó en las conferencias de límites entre España y Francia.
Sada publicó Historia apologética y descripción del Reyno de Navarra y de su mucha antigüedad, nobleza y calidades y reyes que dieron principio a su real casa (Pamplona, 1628). El volumen, en folio, de 116 hojas a dos columnas, contiene tres libros y un tratado de matemáticas. Salió a nombre de García de Góngora y Torreblanca.
El libro primero presenta en cuatro capítulos una descripción topográfica y orográfica de Navarra; el segundo, en quince, repasa la antigüedad, hidalguía y hazañas de todo orden protagonizadas por los navarros; el tercero, va dedicado a impugnar las tesis de Briz Martínez, Leonardo de Argensola y otros autores aragoneses que rebajaban el lustre de Navarra, así como a una apología contra Mariana y sendas favorables a Correa y Garibay sobre la entrada de los ejércitos de Fernando el Católico en el reino.
Esa tercera parte fue la de repercusiones más sonadas. Briz y Argensola saltaron con sendas mutuas sobre “algunos desengaños para una nueva historia de Navarra”. Briz se burlaba del “maestro de muchachos”, insistía en la falsedad de la bula de Gregorio II por la que reconocía la elección real de García Jiménez y afirmaba que García Jiménez fue proclamado por Sobrarbe. Argensola le trataba con desdén literario, y remachaba las tesis de Briz.
Sada contestó a ambos con su propio nombre y no con el seudónimo de Góngora y Torreblanca. A Briz, que el oficio de maestro de niños lo cumplía por deferencia a su ciudad; que las dataciones romanas de bulas han variado, y que García Jiménez tuvo su mayorazgo en Navarra y, reino y monedas levaron por armas la cruz de aquél. A Argensola, al que contesta con arrogancia, le espeta sobre el magisterio infantil: “No tengo cuarto que no sea de hijodalgo de sangre y gente noble”. Y en argumentación personal, después de recordar las tres partes de su Historia apologética, le dice, que pese a saber versificar, no se crea el atlantede los escritores españoles, pues ignora la geografía y cosmografía, que él profesa.
Según alguna reseña, Sada pudo ser, con nombre de Florián de Carranza, autor de dos cartas, una en respuesta “de otra que autores aragoneses han escrito”, y otra, contra una carta bearnesa.
Más tarde, dio a las prensas Memorial y cédula de información con relación histórica hecha de parte de los de la Baja Navarra, que viven de los Pirineos acá en estos reynos (Pamplona, 1618). Sada recuerda una cédula real de 1624 por la que los bajonavarros eran considerados franceses y en virtud de ella fueron embargados sus bienes. La cédula fue sobrecarteada por el Consejo Real de Navarra. Sada refiere acciones de los navarros de Ultrapuetos favorables al reino después de la unión a Castilla y termina con una cédula de Felipe II que ordenaba que los originarios de Baja Navarra pudieran gozar de oficios y beneficios en la Alta.
Sada ocupa en la Historiografía de Navarra un lugar de difícil clasificación. Los historiadores apenas lo citan, desde Moret a Conchillos, y resulta aprovechable en corta medida. Pero, aun sujeto a los criterios de su época, se esforzó en alancear falsedades como las de Sobrarbe y en reforzar documentalmente sus razonamientos.
Bibliografía
Pérez Goyena, Bibliografía navarra, II, 234-240, 272-273.