ROCAFORT
ROCAFORT
Castillo de los dominios navarros de Ultrapuertos, al sur de Isturitz y de San Juan de Pie de Puerto, en la tierra de Arbeloa. Se pueden observar sus ruinas al sur de la villa de Saint Martín, junto a las grutas de Oxocelhaya. La primera noticia conocida data de 1266, bajo la tenencia de Guillem de Villanueva.
En 1295 estaba a cargo de García Arnalt de San Per, con 10 libras y 50 cahíces de trigo como retenencia anual. En 1300 aparece como alcaide don Ochoa de Villanueva, con 8 libras y 40 cahíces. Más tarde, en 1328, figura Lobet de Narbaiz, sargento de armas, con la misma asignación.
Hacia 1350, reinando Carlos II, tenía la guarda del castillo García de Baiguer, escudero. En 1356 el infante Luis, gobernador del reino, nombró en su lugar a Pere de Soraburu, y cuatro años más tarde a Bernart de San Esteban. En 1364, el castellano de San Juan aumentó por orden del rey la guarnición en tres hombres. El mismo Carlos II confió la guarda en 1375 a Juan de Urtubia, dándole licencia para que la tuviese en su nombre Martín de Ixuri. Y tres años después la traspasó a Per Arnalt de Sala.
En 1379 el rey concedió por gracia a Bertrucat de Labrit el castillo y las tierras de Arberoa, con todas sus rentas y jurisdicción, con derecho de enajenarlos a persona que fuese natural de Navarra. Pocos años después, en 1384, en virtud de una nueva donación real, Juan de Bearne, capitán de Lorda, prestó homenaje a Carlos II por la villa y castillo, con otras rentas y posesiones en la comarca, comprometiéndose a luchar contra cualquier enemigo del rey navarro, excepto contra el rey de Inglaterra. El año siguiente confió el rey la guarda del castillo a Pedro Sanz de Lizarazu, confirmándosela Carlos III en 1388. Tenía como lugarteniente en el castillo a Pere Arnaut, llamado “Ypuzca”, y llevó a cabo reparaciones el año 1405. El año siguiente aparece como alcaide Pedro de San Martín.
Carlos III el Noble dio el alcaldío en 1411 a Juan de Santa María, con obligación de residir personalmente, con toda su familia y compañía. En 1420 le sucedió Pedro Sanz, señor de Armendáriz. Diez años después Juan II nombró para sustituirle a su heredero Arnaut Sanz de Armendáriz.
En 1455, durante las discordias civiles entre agramonteses y beaumonteses, el conde de Foix, al frente de tropas leales a Juan II, hizo derribar enteramente la fortaleza, que ya no volvería a reedificarse.